Apasionada por el medio ambiente, protectora de la biodiversidad y promotora de la conservación en áreas privadas de Chile; Elisa Corcuera estuvo comprometida con preservar, mantener y cuidar los recursos de nuestra naturaleza.
Hija de Ana María Vliehgenthart y Luis Corcuera, ambos biólogos, nació en Estados Unidos debido al trabajo de sus padres. Dicen que desde pequeña se sintió atraída al tema ambiental y una fotografía que guarda Luis lo gráfica: aparece ella celebrando el Día de la Tierra en su colegio. Tenía 12 años.
Entró a periodismo en la Universidad Católica de Santiago y junto Ana María publicó “El Libro Verde de los Niños”, una obra pionera en temas de educación ambiental. Se hizo socia fundadora y luego directora del Parque Ahuenco, una reserva privada que busca amparar la flora y fauna de las tierras adyacentes al Parque Nacional Chiloé.
Cursó un máster en Planificación Ambiental en la Universidad de Arizona, EE.UU, y aprendió sobre el modelo de conservación privada. Por más de una década se desempeñó de manera independiente como consultora externa en The Nature Conservancy, organización sin fines de lucro dedicada a la custodia de la biodiversidad y el ecosistema. Trabajó en Estados Unidos, México y Chile.
En 2010, junto a una agrupación de propietarios, creó la Asociación de Iniciativas de Conservación en Áreas Privadas y de Pueblos Originarios de Chile (ASI Conserva Chile), organismo que apoya distintas ideas de protección en áreas privadas del país. Fue su primera presidenta.
Su familia tenía un predio particular al sur de Puerto Montt que convirtieron en el Centro de Investigación y Educación Ambiental Parque Katalapi, una reserva natural enfocada en mejorar la comprensión y actitud de las personas hacia el medio ambiente y promover su resguardo.
Tres años después, el mismo día que murió a causa de un cáncer, se aprobó la Fundación Parque Katalapi, institución ideada por ella con el fin de administrar el Parque y asegurar su sostenibilidad en el tiempo.