Asel, de 38 años, es una joven científica de Kirguistán y una de las más reconocidas de Asia Central debido a su investigación que busca transportar vacunas sin depender de los costosos procedimientos necesarios para mantenerlas a baja temperatura. De tener éxito, su innovadora investigación podría salvar millones de vidas en todo el mundo y reducir el precio de las vacunas de modo de que se pueda disponer de ellas más ampliamente en los países en desarrollo.
Asel Sartbaeva nació en la ex Unión Soviética, en lo que hoy es Kirguistán, su madre y su padre eran dos apasionados de las ciencias sociales y el arte. Desde niña demostró su interés por las ciencias y fue la única mujer en graduarse en ciencias naturales como estudiante kirguís de la Universidad Eslava Kirguís-Rusa; luego se dedicó seis años a buscar una beca en el exterior para poder seguir con sus estudios.
Su persistencia tuvo éxito y obtuvo una beca en la Universidad de Cambridge en el Reino Unido y actualmente es Investigadora de la Universidad de Bath; desde 2011 es miembro de la Royal Society University Research de esa casa de estudios.
Lleva 15 años viviendo lejos de su país natal porque prefiere continuar su investigación como forma de servir mejor a quienes no pueden costear las vacunas en el mercado. En estos momentos sus principales intereses de investigación son la flexibilidad en estructuras estructurales y las interacciones entre esta flexibilidad interna y los átomos y moléculas intersticiales.
“Nada supera al trabajo duro. Mientras más trabajadora sea la gente joven, más éxito tendrá”, dice Asel a las jóvenes mujeres que piensen dedicarse a las ciencias.