Trota de Salerno vivió en plena Edad Media, donde fue una destacada practicante y escritora de la medicina femenina.
Su existencia se desglosa de textos de la época y de la atribución de ser la autora de una de las partes de la Trotula, cuyo nombre deviene de esta mujer, pero la cual no fue por completo de su autoría, sino que un compendio médico que fue cambiando durante los siglos, debido a que fue editado y alterado por escribas medievales en la creación de copias que comenzaron a atribuir el conocimiento a un hombre, lo que dejó a la autora italiana relegada durante 400 años, a pesar de que fueron la base de la medicina medieval.
Se sabe que Trota nació en Salerno, una ciudad que gozaba de la influencia europea y arábica, y que era un centro de medicina donde llegaban estudiantes de todo el continente a aprender. Acá estaban las salernianas, mujeres que practicaban la medicina como curadoras, donde Trota destacaba por ser la única en haber dejado por escrito sus descubrimientos y ser una profesora que instaba a sus alumnos a observar a sus pacientes antes de prescribir un tratamiento, promover la higiene, una dieta balanceada, ejercicio y actividades que liberaran del estrés.
Su especial interés en la salud de las mujeres hace que algunos la consideren la primera ginecóloga, pues desarrolló conocimientos y tratamientos que se aplicaban en cuanto a la fertilidad, el parto, la concepción, entre otros, que aparecen en sus escritos que sólo durante el siglo XX pudieron ser atribuidos a ella, como “Tratamientos para mujeres” y el Practica secundum Trotam.
Si bien algunos de los conocimientos desarrollados y atribuidos a Trota de Salerno en cuanto a la salud femenina no son aplicados en la medicina actual, por ser inefectivos, sí habían otros como instrucciones detalladas de cómo manejar un parto difícil, guiar a las parteras en cómo dar vuelta al infante mientras estaba en el útero, reparar heridas usando hilo de seda o usar opiáceos para contrarrestar el dolor del parto. Trota también desarrolló tratamiento para los riñones, hemorroides y dolores según el sexo del paciente.
Aunque no se sabe con seguridad ni cómo ni cuándo murió, pues algunos citan el 1090 y otro el 1097, su quehacer médico tuvo un gran impacto en la medicina premoderna gracias a sus escritos.