Wlecta como la primera Jefa Principal de la Nación Cherokee, la activista y autora Wilma Mankiller enfatizó el derecho de la autodeterminación de su tribu. En 1998 recibió la Medalla Presidencial de la Libertad, el honor civil más alto de Estados Unidos.
Al entrar en contacto con sus raíces decidió dedicarse a su comunidad. Comenzó a tomar cursos universitarios por la noche mientras trabajaba como coordinadora de programas indígenas. Se involucró en los movimientos por los derechos civiles, humanos y de la mujer.
Nació en una reserva Cherokee ubicada en Oklahoma. Hija de Charley Mankiller, indígena de pura sangre, e Irene Sitton, de ascendencia holandesa-irlandesa, creció en tierras tribales hasta que la granja que gestionaba su familia quebró.
Cuando tenía 11 años los “reubicaron” en San Francisco. Padeció la pobreza, la discriminación, el racismo. A los 18 se casó con un ecuatoriano, tuvo dos hijas. En 1969 apoyó la ocupación de los nativos estadounidenses que buscaban recuperar la isla de Alcatraz. Este hecho cambió su vida.
Tras divorciarse, en 1977 regresó con sus hijas a su tierra natal. Trabajó como coordinadora de estímulo económico y más tarde fundó el Departamento de Desarrollo Comunitario de la Nación Cherokee. Impulsó proyectos que mejoraron los sistemas de agua y viviendas de la comunidad.
En 1983 Ross Swimmer fue reelecto como Jefe Principal con Wilma como subjefa. Cuando éste renunció dos años después, ella ocupó su lugar. Era la primera vez que una mujer se convertía en Jefa Principal. Su pueblo-nación la eligió dos veces más, en 1987 y 1991.
Durante sus períodos creó empleos, centros de salud; construyó viviendas, escuelas para revitalizar y preservar su cultura. Ocupó un papel crucial en la transformación de la relación entre el Gobierno de Estados Unidos y los Cherokee.
La eligieron Mujer del Año de Ms. Magazine en 1987. La incluyeron en el Salón Nacional de la Fama de la Mujer y obtuvo el Premio Elizabeth Blackwell, otorgado a mujeres que han demostrado “un excelente servicio a la humanidad”. Wilma murió en 2010 a causa de un cáncer de páncreas.