Feminista icono de la Revolución francesa, Anne-Josèphe Theroigne, también conocida como la “Belle Liégeoise”, es una de las principales protagonistas de la lucha por los derechos de la mujer. Formó el “batallón de las amazonas por la libertad”, abogó por la emancipación femenina y defendió la igualdad de género.
Proveniente de una familia de agricultores acomodados del Principado de Lieja, hoy parte de Bélgica, quedó huérfana de madre a los cinco años. Se fue a vivir con una tía quien la envió a un convento y luego la tuvo como su sirvienta. Más tarde regresó a la casa familiar.
Trabajó como criada hasta que a los 17 se convirtió en dama de compañía de una cortesana inglesa. Con ella aprendió música y literatura. En 1784, se mudó a París para empezar una infructuosa carrera como cantante. Vivió con diversos amores en Francia, Inglaterra e Italia.
Regresó a París cuando se estaba gestando la Revolución. Vestida como amazona, asistió a los debates de la Asamblea Nacional donde se dio cuenta que su género estaba excluido de los derechos universales que tanto exigían. Aun así, se cuenta que empuñando una espada lideró a un grupo de mujeres en la Toma de la Bastilla.
Enfrentó a hombres que creían que el rol de la mujer era quedarse en casa. En 1790, creó junto al político frances Charles-Gilbert Romme el Club de los Amigos de la Ley que se fusionó con el Club de los Cordeliers, sociedad política republicana más radical que la jacobina.
Cuando la policía real comenzó a acecharla, regresó a su tierra donde fue detenida bajo la acusación de espionaje e intento de asesinato de María Antonieta. Tras nueve meses, logró ser liberada y volvió a París donde la recibieron con honores.
Encabezó el asalto a las Tullerías que derrocó a la monarquía. No obstante, tras rechazar el Reinado del Terror de Robespierre la acusaron de traición. Mujeres la desnudaron y azotaron públicamente provocándole un brote de locura. En 1800, tras salvarse de ser guillotinada, la internaron en un manicomio donde murió 17 años después.