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Mujeres Bacanas © 2021
Sitio por NYLON

Sonia Montecino (1954)

Intelectuales

“El dilema es qué sociedad queremos construir ahora las mujeres”.

Viene recién llegando de Europa, donde desempeña una de sus labores: Sonia Montecino, hasta 2020, participa del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, de la Unesco. Esto tras años de trayectoria estudiando y enseñando sobre las mujeres, el mundo indígena y más, con publicaciones como el famoso libro Madres y huachos, Biografía de una Machi  o La olla deleitosa. En los 90 formó en la Universidad de Chile el Centro de Estudios de Género, convirtiéndose en una pionera del campo y de la preocupación por el espacio de la mujer en la sociedad y en el patrimonio nacional. En 2013 ganó, por todo lo anterior y más, el Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales.

Uno de tus trabajos más famosos es Madres y Huachos; desde hace décadas fuiste muy clara en marcar la figura mariana que hay en Chile con respecto a la mujer, la imagen de la mujer sufrida y mártir ¿Eso sigue pasando hoy día? ¿Sigue siendo tan fuerte esa impronta que viene de la colonización católica?
Yo creo que hay variaciones y cambios. Sin duda que esta construcción de la madre y de la mujer sufriente doliente ha cambiado desde el siglo XIX. Sin embargo si nosotros miramos, por ejemplo, el tema de la violencia de género, nos podemos dar cuenta de que todavía existe. Ya no es la amenaza de la mujer sufriente porque ha sido abandonada, pero sí es la mujer que es asediada, que es acosada, y que lamentablemente se construye como víctima.

Claro, que el dolor se supone hay que vivirlo con estoicismo según la sociedad.
Los contextos son diferentes pero a mí me parece que todavía sigue funcionando esta idea de la mujer víctima. Y sigue funcionando por las razones de una sociedad que está estructurada en torno a la violencia en general. Si bien hay transformaciones y sin duda nosotros podemos decir que ahora hay un espacio público, y las mujeres tienen mayores oportunidades, eso todavía no está completamente consolidado. Hay una serie de cuestiones que permanecen en las estructuras psíquicas que es muy difícil de cambiar si es que tampoco hay políticas culturales hacia el cambio.

Es decir, para que Chile avance a que las mujeres ocupen más espacios, hay que crearles una estructura para que eso sea posible.
Claro, pero tenemos que crearlas nosotras, porque nadie la va a crear por nosotras. A mí me parece que el ámbito de la cultura, de lo simbólico, tiene un peso tremendamente fuerte, y normalmente las políticas van hacia lo económico, que está bien, es una primera fase que hay que atravesar para liberarte, pero se descuida todo lo otro. Lo que pasó con la muñeca inflable lo dice todo. Ahí es donde yo voy al tema cultural y simbólico. Después Piñera hace unos chistes, el mismo Mayol en una entrevista también se cae. Este plano de lo simbólico es el más difícil de cambiar porque es el que está inyectado en el sistema de sexo y género que vivimos. Decimos que ya hay más mujeres en el espacio público, ¿pero cómo está constituido el espacio público? ¿Hay valores ahí que nosotros queremos? El dilema que yo veo, es qué sociedad queremos construir las mujeres ahora.

Habría que ir al paso previo, si es que existe realmente un espacio que toma lo femenino como igual, no habría violencia de género, por ejemplo.
Claro, ahí hay una tarea, y la tarea de las generaciones más jóvenes de pensar y repensar. Las apuestas feministas del siglo pasado tenían la opción marxista al comienzo, este ideal de que la sociedad socialista nos iba a llevar a la igualdad, pero no pasó. Por otro lado tienes el feminismo liberal, que reina en este momento, que tampoco da respuestas a lo que nosotros queremos. La igualdad realmente no llega, ni por el lado del socialismo ni por el lado del capitalismo, entonces por eso a nosotros nos compete pensar y bueno qué, qué modelo queremos.

¿Cómo ves el cambio de apreciación que tiene el feminismo dentro de las jóvenes? Porque por tanto tiempo fue visto como algo negativo o como una postura política violenta. ¿Ha cambiado eso?
Yo tengo la impresión que ahora estamos frente a unos nuevos feminismos, que incorporan los temas de la violencia de género pero también los temas de la diversidad sexual. Hay una ampliación diría yo y mucho más sana que lo que podría haber sido antes. Sin embargo siento que faltan teóricas o discursos políticos potentes. Creo que ahí estamos un poquito al debe, es más acción, más el deseo, pero falta profundidad. Falta un trabajo conceptual de definir qué es este feminismo, o los feminismos. Hay feminismos indígenas por ejemplo, que sí tienen en América Latina una definición. En el mundo indígena veo más una reflexión de intentar pensar desde paradigmas propios, hay un caudal conceptual mestizo indígena que le da mucha fuerza a las mujeres en Perú, Bolivia, Ecuador, en el mismo México hay movimiento potentes con gente muy joven que está haciendo cosas. Pero acá nosotros, como somos una sociedad tan especial , nos falta acercarnos a eso y tener menos miedo de mostrarse. Acá todavía priman estas cosas como, chuta me van a catalogar de tal manera.

¿Fue difícil abrirte camino en el mundo académico? Sobre todo queriéndote especializar e investigar a las mujeres que hace 20 años a nadie le interesaban mucho.
Fue un camino lleno de obstáculos que hubo que ir venciendo, pero creo que a mí me salvó la convicción. Yo tenía la convicción absoluta de lo que estaba haciendo, justamente porque estaba fascinada descubriéndonos, un camino en el cual yo miraba a las otras mujeres y me estaba mirando a mí misma. Y no había nada; yo empecé trabajando con el mundo indígena, luego del mundo indígena al campesino, fue un camino complejo.  Y la universidad es por definición una instancia jerárquica y completamente masculinizada, independiente que haya mujeres. Hay gente que se reía cuando creamos el centro de estudios de género, nos decían ‘entonces ustedes van a fabricar telas, van a hacer vestidos’. Entonces fue todo este camino de lucha y de una cuestión muy linda, con igualdad de condiciones al interior de nuestro centro, las estudiantes querían estar y empezó a generarse todo esto de lo que yo me siento súper contenta. Son más de veinte años y está toda esta gente joven que sigue. Me puedo jubilar y esto permanece. Pero todos los machismos, todo lo que vivimos con mi colega Loreto Rebolledo con quien emprendimos este trabajo, pucha, hay que tener mucha fortaleza. Dese que los decanos te trataban de “niñita”, a las propias mujeres muy asustadas porque tú estás ahí cambiando el sistema. Decían estamos aquí, no estamos discriminadas. Y uno tiene que mostrarles lo que falta.

A veces son las mismas mujeres las poco conscientes de todo lo que falta.
Claro, empiezas a decir: pero cuántas mujeres son decanas, y para qué decir cuántas son rectoras. A la gente se le empiezan a abrir los ojos pero con mucha resistencia. Yo veo en la academia una reticencia terrible, especialmente de parte de los hombres, de incorporar las teorías de género. Entonces hay que pelearlo. Siempre hay que estar peleando. Está el Centro, está el magister, pero tienes que pelear. Eso forma parte de esta manera de estar en el mundo. No hay que desanimarse tampoco porque lograste un derecho y se abre otro. Yo siempre tengo las esperanzas y estoy contenta por eso.

Cuáles son tus mujeres bacanas a destacar.
La Premio Nobel rusa, Svetlana Alexiévich, que me parece notable, es para mí lo máximo. Especialmente el texto La guerra no tiene rostro de mujer. Creo que todas tenemos que leer ese libro. De arte hay muchas muy potente, aquí en Chile me encantan la Paz Errázuriz, Bruna Truffa a pesar de son apuestas distintas. La Bruna me encanta porque tiene ese atrevimiento, esa cosas juguetona de armar, mestizar, y me gusta mucho sus lecturas de género.
De la gente más joven, me encanta la Alejandra Costamagna, encuentro que es buenísima y la Margarita Dittborn. Siento que en este campo creativo hay muchas jóvenes bacanas. Y en cine, la Valeria Sarmiento.

Texto: Isabel Plant y Fernanda Claro

Etiquetas: antropóloga, autora, Chile, contemporánea, derechos de la mujer, entrevistabacana, escritora, latinoamericana, mujeres bacanas chilenas, Premio Nacional, UNESCO

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Fue una de las diseñadoras más creativas y origi Fue una de las diseñadoras más creativas y originales de la primera mitad del siglo XX, dejando un legado de obras en las artes decorativas y arquitectura. La irlandesa Eileen Gray fue una adelantada para su época, convirtiéndose en la primera mujer reconocida  mundialmente en el diseño industrial. “Para crear, lo primero que hace falta es ponerlo todo en tela de juicio", dijo la artista que a través de sus trabajos combinaba lo bello, útil y cómodo.

Nació en 1878, dentro de una familia aristócrata. Fue la menor de cinco hermanos, y al igual que otras mujeres de su clase social eran educadas por institutrices, a lo que Gray conminó con estadías en un internado en Dresde, Alemania. En 1898 estudió en el Slade School of Design de Londres, y luego partió a París a probar suerte.

Con sus primeras obras empezó a hacerse famosa y recibió varios encargos de la élite francesa para que les diseñara sus departamentos. Ya una carrera destacada, en 1922 abrió su propia tienda Galerie Jean Désert, donde mostró sus muebles, biombos y alfombras, y consolidó su aprendizaje de la técnica del lacado que lo mezcló con nuevos materiales industriales como el acero. Y también dejaba ver las influencias de otras culturas que estudiaba, como la africana y asiática.

Fue de la mano de Jean Badovici, en 1926 comenzó a aprender arquitectura, transformándose en su ayudante y pareja. Sólo nueve de las obras de Gray se llevaron a cabo, en tanto, cuatro de ellas fueron atribuidas a Badovici, debido a la semejanza de estilos. Dentro de sus casas más emblemáticas está la que construyó en el sur de Francia, la E-1027, admirada por Le Corbusier. 

Expuso en el Salon des Artistes Décorateurs, y Salon d'Automne y el Union des Artistes Modernes, grupo de diseñadores de la que ella fue miembro fundadora. 

Era conocida por una personalidad solitaria y pudorosa, razón por la que la diseñadora  permaneció alejada de sus contemporáneos. Gray se mantuvo activa tras cumplir los 90 años, trabajando para perfeccionar su portafolio y organizando sus diseños de muebles y proyectos. #eileengray
Artista, cocinera, activista palestina. Mirna Bami Artista, cocinera, activista palestina. Mirna Bamieh fundó @palestine_hosting_society, proyecto de arte culinario en vivo que investiga la cultura gastronómica Palestina y sus prácticas alimentarias.

Mirna Bamieh nació en Jerusalén y desde siempre acompañó a su mamá libanesa cuando cocinaba. Ella le preguntaba si le gustaba la preparación, cómo se le ocurría que podía mejorarla. La cocina era como un laboratorio, un lugar de fascinación.

Estudió licenciatura en psicología en la Universidad Birzeit en Ramallah y una maestría en Bellas Artes en la Academia Bezalel de Artes y Diseño en Jerusalén. Trabajó como gestora artística-cultural, profesora, curadora en una galería.

Su encuentro con el “arte de resistencia” la alentó a participar de un foro de estudio artístico en Beirut, Líbano. Sus creaciones intentaban contemplar la política en constante cambio, cuestionar las nociones de tierra, territorio y espacios ambivalentes.

Hizo un diplomado en cocina profesional y le sugirieron combinar arte y comida. Ella ideó “Potato Talks”. En una calle principal, un grupo de personas se sentó a pelar papas con sillas vacías alrededor. Cuando un transeúnte paraba y decidía sentarse, el “pelador” le contaba una historia personal. Esa fue la semilla que impulsó su proyecto.

En 2017 creó Palestine Hosting Society con la intención de ayudar a las personas a construir una relación con la geografía, política e historia palestina a través de la comida. Para esto elige ciudades o familias en las que quiere ahondar más. Va al lugar y está por un par de meses conociendo a las personas, sus experiencias.

Después de la investigación, Mirna prepara una cena que trae a la vida recetas tradicionales rescatadas. Utiliza su cuerpo, su voz, para presentar el menú. Para ella la actuación es tan importante como la comida, ya que la artista se convierte en un vehículo que transfiere el conocimiento a la mesa.

Mirna Bamieh trabaja para recuperar platos en vías de extinción. Recuperar la identidad y la historia de su pueblo. Impedir que sus costumbres y la memoria colectiva gastronómica se diluya. #mirnabamieh #mujeresbacanas
Queremos compartir una noticia que nos tiene MUY e Queremos compartir una noticia que nos tiene MUY emocionadas. La próxima semana lanzaremos un nuevo libro, y esta vez para las mini bacanas en el Mes de la Mujer. 
Ya les estaremos contando más detalles sobre Ágata y sus historias.

Gracias especiales a @planetadelibroscl @nachoinmortal y a la seca @dannailustra #libromujeresbacanas #agatamujeresbacanas #minimujeresbacanas
Si ya había hecho historia como la primera presid Si ya había hecho historia como la primera presidenta mujer, y la más joven, del Colegio Médico de Chile, la doctora Izkia Siches se transformó en 2020 en una de las voces más escuchadas en el país durante la pandemia de Covid-19. Por lo mismo, fue destacada como una de las 100 líderes emergentes a nivel mundial por la Revista Time.

Nacida en Arica, Izkia es hija de un contador y una tecnóloga médica, y desde pequeña quiso dedicarse al mundo de la salud. La familia se trasladó a Maipú, donde Siches pasó su infancia. Estudió Medicina en la Universidad de Chile, donde comenzó además su interés político, militando por un tiempo en las Juventudes Comunistas y ocupando diversos puestos en centros de estudiantes y otras asociaciones.

Se graduó de Médico Cirujana, y desde 2014 trabaja en el Hospital San Juan de Dios como infectóloga. Se unió a Médicos sin Marca, una agrupación que busca promover el ejercicio clínico sin la influencia de la industria farmacéutica.

En 2017 se transformó en la primera mujer al mando del Colegio Médico de Chile, y lo hizo con sólo 31 años. Un rol que la volvería conocida en todo Chile un par de años después, cuando la pandemia se instaló en el mundo. Izkia Siches fue crítica de algunas medidas tomadas por el gobierno, pero también propició encuentros y alianzas con políticos de distintos sectores, y apoyó las medidas que su gremio consideraba correctas para el manejo de la emergencia de salud pública.

Aunque algunos la comenzaron a apuntar como posible candidata presidencial, ella rápidamente descartó la opción, explicando que necesita más experiencia. Fue la ex presidenta y Alta Comisionada por los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, quien escribió sobre Siches en la revista Time, destacando su “empatía, capacidad y credibilidad” y añadiendo que ha jugado un rol fundamental en la era del Covid-19. #mujeresbacanaschilenas #izkiasiches
Madame D'aulnoy fue la escritora que inventó el t Madame D'aulnoy fue la escritora que inventó el término “cuentos de hadas” e hizo su introducción en la sociedad francesa. Además, ha sido reconocida por obras basadas en sus memorias y viajes.

Marie Catherine Le Jumel de Barneville provenía de una familia noble. A los 13 años se casó con un barón 30 años mayor y conocido apostador. El matrimonio tuvo complicaciones y ella lo habría acusado de un crimen que resultó ser falso; cuando el caso se destapó, Marie Catherine huyó de Francia.

Fue así como la escritora llegó a España, donde habría trabajado de espía. Allá se mantendría unos años y se inspiraría para escribir una de sus obras, titulada la Relación del viaje de España. Escrito como carta, el texto logra evidenciar la cultura española y contrastarla con la francesa a través de la perspectiva de su autora y su experiencia como viajera. Ha sido reconocido por su riqueza narrativa, crítica, carácter descriptivo y detallado que permitió evidenciar desde su mirada el contexto socio cultural de la época.

Madame D'aulnoy retornó a Francia en 1690. Para esa época la escritora ya era destacada en la sociedad aristocrática y logró ser reconocida por su salón literario, el que estaba compuesto por sus creaciones basadas en relatos de viajes, memorias y por una amplia escritura en torno a cuentos de hadas, entre ellos El pájaro azul, La Princesa Rosette o la Bella de los cabellos de oro. Aunque menos conocida en los siglos siguientes que Hans Christian Andersen o Charles Perrault, los cuentos de hadas de Madame D’aulnoy tenían heroínas más fuertes y pioneras, como una condesa que se travestía para ayudar al rey que perdió su reino, o Mira, una mujer de tanta belleza que sus admiradores llegaban a morir. Los cuentos de hadas de la francesa se centran en el poder del amor y el comportamiento ético de sus personajes.

Madame D’aulnoy se convirtió en un gran referente de esta narrativa. Sin embargo, sus escritos fueron quedando relegados a antologías; en 2021 se anunciaron las primeras ediciones de sus trabajos traducidos al inglés en 300 años, lo que se ha considerado una reivindicación de su memoria y aporte. #mujeresbacanas #madamedaulnoy
La historiadora hizo historia. Sol Serrano se tran La historiadora hizo historia. Sol Serrano se transformó en la primera mujer en ganarse el Premio Nacional de Historia en más de 40 años del galardón. La académica e investigadora se ha destacado por su aporte en ámbitos como la formación de Estado y la historia de la educación en Chile. 

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