Fue víctima del tráfico humano, saliendo de Nigeria para verse obligada a convertirse en prostituta en Turín, Italia; eso hasta que Okokon escapó, y hoy se dedica a rescatar a cientos de otras mujeres que viven la misma pesadilla.
Princess nació en una aldea de 5 mil habitantes en Nigeria, y en 1999, siendo aún una adolescente, fue convencida de partir a Italia con la promesa de trabajar en un restaurante. Al igual que el 80% de las nigerianas que llegan a las costas italianas convencidas de planes parecidos, Okokon se encontró en medio de una red de tráfico de personas; al no tener dinero para pagar por el viaje u otros costos, la obligaron a prostituirse. Conoció a un italiano en las calles, Alberto Mossino, y con su ayuda y la de un sacerdote escapó de sus captores. Pronto Alberto y ella se casaron, y empezaron a ayudar a mujeres en la misma situación. Cuentan que en un principio eran una o dos, que no había un plan concreto. Hoy tienen la ONG Piam Onlus, que ha ayudado a cientos de nigerianas a huir del tráfico humano. Ella misma ronda las calles en la noche, esperando a hablarle a jóvenes de hasta 15 años, para sacarlas de la red.
Debido a la crisis de refugiados, por estos días la situación del tráfico de personas se ha agudizado en Europa; los hombres que se dedican a prostituir mujeres las van a esperar a la salida de los barcos y les hacen distintas ofertas. Ahí mismo se detiene Princess Okokon, quien le habla a las mujeres y les da opciones; en su fundación no sólo dan refugio y ayuda, sino que también tienen casas de voluntarios para recibirlas. Además de convertirse un un faro de esperanza para africanas en Italia, Princess Okokon ha comenzado otros proyectos en distintas fronteras, como el plan Safe sex long life -sexo seguro larga vida- en Nigeria, que busca ayudar a controlar la epidemia del Sida en trabajadoras sexuales.