La destacada coreógrafa, bailarina y docente Nuri Gutés (1961) presenta sus obras de danza solo una vez, es decir, no repite ninguna temporada. Durante sus más de tres décadas de trabajo, verla en escena ha sido una oportunidad única e irrepetible.
Su ingreso a la disciplina fue tan especial como toda su carrera: decidió dar la prueba de admisión de danza en un acto azaroso, al mismo tiempo que también rendía exámenes de admisión para música y teatro.
Las artes habían estado en su radar desde que era pequeña; tocaba piano y guitarra, y solía escuchar cantar a su mamá mientras cocinaba. Quizá por eso hoy, la música es un elemento central en los más de 30 montajes de danza contemporánea que forman parte de su trayectoria coreográfica.
Luego de ingresar a la Escuela de danza de la Universidad de Chile, Nuri completó su formación en el Centre National de Danse Contemporaine (Francia). Sus piezas más reconocidas desde entonces hasta la fecha, continúan en la memoria de muchos bailarines y bailarinas aún hoy. Aquí destacan “Perfume serial”, “Horror Loci” y “Los Mares” (1992). Estas primeras piezas, además, le valieron un reconocimiento internacional en 1989, obteniendo el primer lugar en el III Encuentro Coreográfico de Santiago y viajando a París como becaria del gobierno francés.
Más tarde también montó “La consagración de la primavera, un rito vernal” (2013, nominada a los Premios Altazor) y “Pitias” (2019) en el Centro Cultural Matucana 100. Pero la creación no es la única disciplina de las danzas en la cual Nuri ha destacado contribuyendo al desarrollo de este arte en Chile. Actualmente, integra el Departamento de Danza de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile y por 19 años fue también parte del plantel de profesores de la Universidad ARCIS, formando a una amplia diversidad de estudiantes a partir de la metodología de la improvisación y la impronta del lenguaje coreográfico.
Desde todos estos frentes, Nuri Gutés observa la danza como una posibilidad de poner atención en la potencia de un cuerpo que ocupa un espacio, colmando su lenguaje de expresión, atención y significado. Y fiel a la creencia de que la danza puede ser “efímera” —razón por la cual no realiza remontajes de sus obras—, aprovecha toda instancia en que la danza puede aparecer como una experiencia inolvidable.
Esta bio está escrita en colaboración con Centro Nave.