Mary Edwards Walker fue la primera y hasta ahora la única mujer en recibir la Medalla de Honor por Servicio Meritorio del Congreso de Estados Unidos, el honor militar más alto de la nación. Médica cirujana y feminista, durante la Guerra Civil cumplió funciones en un regimiento. Escritora y conferencista, luchó por los derechos de la mujer y la “reforma de la vestimenta femenina”.
Nació en una familia abolicionista. Criada en igualdad con sus otros seis hermanos, hizo la primaria en la escuela local que habían fundado su madre y padre. Luego ingresó al Seminario Falley. Interesada por la literatura médica, leía todos los textos sobre anatomía y fisiología que le prestaba su padre.
Estaba decidida a ser médica. Ahorró el dinero necesario para pagar sus estudios de Medicina. Se graduó en 1855, siendo la única mujer de su promoción. Se casó con su compañero de curso y la pareja abrió una consulta médica, pero los pacientes no querían atenderse con una mujer.
Al tiempo se divorció, se mudó a Iowa y se inscribió en el Bowen Collegiate Institute. Se integró a las clases de oratoria, aunque las autoridades consideraron impropio que una mujer hablara en público y le prohibieron participar.
Al estallar la Guerra Civil se alistó como voluntaria del ejército de la Unión. Fue enfermera hasta que logró que la designaran cirujana militar (no remunerada). En 1863 se convirtió en la primera cirujana empleada por el ejército de EEUU.
En 1864 las tropas confederadas la capturaron y acusaron de espía. La liberaron cuatro meses después en un intercambio de prisioneros. Siguió sirviendo en el campo de batalla, más tarde supervisó una prisión de mujeres y dirigió un orfanato. Con la convicción de que usar pantalones era un paso indispensable para la liberación femenina, utilizó la prenda hasta el último de sus días.