La llegada de su segundo hijo revolucionó su vida, y también impulsó a la psicóloga Maritza Bustos a crear el primer centro de terapia ABA en Chile para niños, niñas y adolescentes del espectro autista.
Su cruzada inició cuando le diagnosticaron autismo a su hijo de tan solo un año. El diagnóstico tenía un pronóstico poco alentador, lo que se sumó a la falta de progreso en los tratamientos del pequeño. Motivada por entregarle una mejor calidad de vida, investigó y se adentró en la terapia ABA – Análisis Conductual Aplicado- método que nació en Estado Unidos pero que era desconocido en Chile.
A través de bingos y eventos comunitarios consiguió viajar el extranjero y ser testigo de la efectividad de este tipo de terapia, la que tiene un enfoque multidisciplinario basado en tres pilares fundamentales: análisis, comportamiento y aplicación. Fue así como ideó la forma de impulsar este método en el país a través de la capacitación de profesionales y su propia formación en análisis y modificación de las conductas, creando así el Centro de Terapia A.B.A.
“Siempre existe una esperanza” es el eslogan que acompaña el nombre de la entidad, con la que busca apoyar a niños del espectro y, a la vez, a sus familias y las formas de relacionarse con ellos, todo esto a través de una atención integral y enfocada en las necesidades del paciente con terapias, formación de profesionales y proyectos educativos.
Hoy son nueve años de trabajo con el que Maritza entrega más oportunidades y desarrollo para niños, niñas y adolescentes, apoyando a las personas con esta condición y rompiendo los estigmas que obstruyen su desempeño. Sus deseos de seguir apoyando a más jóvenes y niños la impulsaron a estudiar psicología a los 40 años y promover cada día el trabajo en la institución. Por esta labor en 2019 fue reconocida con el premio Mujer Impacta.