Partera e inventora de instrumental ginecológico, la francesa Marie Boivin escribió manuales médicos para futuras matronas que fueron traducidos a diferentes idiomas y utilizados durante más de 150 años. El rey de Prusia le confirió la orden del mérito civil, la Universidad de Marburg le otorgó el título de Doctora en Medicina y propusieron su nombre para ingresar a la Academia Nacional de Medicina Francesa pero no la admitieron por ser mujer.
Bautizada como Marie-Anne Victoire Gillain, se crio con monjas que prestaban ayuda en un hospital. Ellas le enseñaron las bases de la medicina y la enfermería. Cuando estalló la Revolución francesa y destruyeron el convento donde vivía, Marie comenzó a estudiar anatomía y partería, aunque pronto se casó y se retiró. Más tarde viuda y madre de una hija retomó su formación en el hospital universitario parisino Hôtel-Dieu donde fue aprendiz de la famosa matrona Marie-Louise Lachapelle.
Tras graduarse ejerció en Versalles hasta que mataron a su hija y decidió regresar. Se desempeñó como asistente de Lachapelle en el área de maternidad del Hôtel-Dieu. Después de once años en el centro médico renunció y se integró a otro destinado a mujeres de escasos recursos. Luego dirigió diversos hospitales y maternidades. Impulsó la creación de una escuela de partería e hizo manuales de ginecología que se convertirían en lectura básica para las futuras generaciones de matronas.
Escribió sobre el sangrado y enfermedades del útero, sobre las causas más frecuentes y menos conocidas de los abortos espontáneos. Memorial de l’Art des Accouchement, su primer texto sobre el parto, se publicó en 1812. Inventó y mejoró instrumentos ginecológicos, como un espéculo vaginal utilizado en los exámenes pélvicos y un pelvímetro para medir la pelvis. También sería la primera partera registrada que utilizó un estetoscopio para escuchar el corazón del feto.