Una de las primeras mujeres en concursar en el Festival de Cannes, Margot Benacerraf fue pionera del cine venezolano. Documentalista y promotora de la cultura cinematográfica, fundó la Cinemateca Nacional de Venezuela y fue parte de la nueva ola latinoamericana. Por su labor en favor del cine independiente y su apoyo a jóvenes cineastas obtuvo diversos reconocimientos.
Hija de inmigrantes de origen judío, se licenció en Filosofía y Letras de la Universidad Central de Venezuela. Ganó un concurso dramatúrgico de la Universidad de Columbia, Estados Unidos, y la becaron para estudiar en el Departamento de Drama de la institución donde tuvo su primer acercamiento con el cine. Luego viajó a Francia para continuar con su formación en el Instituto de Altos Estudios Cinematográficos de París.
A inicios de los años 50 regresó a Venezuela y estrenó su primer trabajo como realizadora: «Reverón», un cortometraje en honor al importante pintor venezolano. La obra fue galardonada como mejor película en el Festival Internacional de Películas de Arte de Caracas y exhibida en distintos países europeos.
Por su documental “Araya”, un retrato de la vida de los trabajadores de las salinas de Araya en el estado Sucre, Venezuela, en 1959 la nominaron a la Palma de Oro en la edición XII del Festival de Cannes. Acompañada por su madre, recibió el premio FIPRESCI otorgado por la crítica internacional; “Araya” es considerado como uno de los mejores documentales latinoamericanos.
En 1966 fundó la Cinemateca Nacional de Venezuela, un espacio para la difusión internacional del cine de autor. Dirigió la institución por tres años y más tarde se convirtió en miembro de la Junta Directiva del Ateneo de Caracas, institución dedicada a la expresión y formación artística. En 1991, con el apoyo de Gabriel García Márquez, creó la Fundavisual Latina para promover el arte audiovisual latinoamericano.
Margot, quien dedicó su vida a impulsar el cine, murió en mayo de 2024 a los 97 años.