A los 13 años le informaron que era VIH positiva; desde entonces que la keniata aprendió a convivir con el estigma que aún se asocia a la enfermedad. Hoy Doreen Moraa Moracha es una destacada activista, que busca informar sobre VIH y también evitar la discriminación de quienes comparten su diagnóstico.
En África el SIDA y VIH es una enfermedad muy presente, debido a la inequidad en el acceso a la salud y la falta de tratamientos para que las madres no le traspasen la enfermedad a sus hijos o hijas; en Kenia el porcentaje de infección madre-hijo sigue siendo de un diez por ciento. En ese contexto nació Doreen, hija de una madre VIH Positiva y padre negativo; sus hermanos mayores no tienen la enfermedad.
A los 8 años sus padres tuvieron el diagnóstico de la joven, pero no se lo compartieron hasta que fue una adolescente. En un principio Doreen no se sobresaltó, porque no comprendía las implicancias de la enfermedad. Más adelante se dio cuenta que a veces sus tíos desinfectaban los cubiertos que ella usaba para comer, por su enfermedad y por la ignorancia para tratar a las personas con VIH.
Doreen ha contado el camino a vivir con VIH es de altos y bajos, que a veces ha dejado de tomar su medicina, por fatiga o costumbre, y que se ha enfermado de pulmonía. También llevaba el diagnóstico en secreto por miedo, hasta que en el año 2015, compartió al información en su Facebook. Desde entonces que se ha transformado en una destacada activista, buscando que muchos como ella no vivan con miedo, ni a la sociedad ni a los medicamentos que pueden ayudarlos a llevar una vida normal.
Creó la iniciativa I AM A BEAUTIFUL STORY -Yo soy una bella historia-, con posteos de video sobre cómo es vivir con el VIH, para normalizarlo. Además, hace distintas campañas, que incluyen el aumento de educación sexual y el acceso a salud sexual en su país.
Ha sido destacada como una miembro de la Generación Igualdad bajo el liderazgo de ONU Mujer, entre otras iniciativas.