En la pasada entrega de los Premios Oscar pasaron muchos momentos de sorpresa, pero también varios emocionantes. Uno de ellos fue el Oscar a mejor película extranjera, entregado a Asghar Farhadi por The Salesman. El director no fue a la ceremonia, en protesta contra la orden ejecutiva de Trump que impide el libre traslado de iraníes como el director, y ciudadanos de siete otros países musulmanes. El discurso de Farhadi fue leído en vez por otra iraní, Anousheh Ansari, quien es la primer mujer en ir al espacio, con fondos privados. Es también la primera astronauta iraní, y la primera mujer musulmana en estar en el espacio.
Anousheh Ansari nació en Mashhad, pero pronto toda la familia se trasladó a Teherán, donde vivieron por años. Cuando ella era adolescente se trasladaron a Estados Unidos, cuando Ansari ni siquiera hablaba inglés. La joven se dedicó a los estudios, sacando títulos de ingeniera eléctrica y ciencias de la computación en la universidad. Luego de especializarse con un master, se puso a trabajar en la empresa de telecomunicaciones MCI, donde conoció a su marido, quien se convertiría en su socio de negocios.
En 1993, Anousheh, su marido y su cuñado, armaron la empresa Telecom Techonologies, que permitía dar servicios de telecomunicaciones y bajar costos y mejorar sevicios a través de su tecnología. Eventualmente la empresa fue comprada por Sonus Networks, donde Anousheh se convirtió en vicepresidente. Luego, en 2006, continuó con sus emprendimientos creando Prodea Systems, que entrega tecnología que permite intercontar diferentes aparatos y servicios de datos, simplificando la vida de los consumidores con internet.
Pero la iraní estadounidense es famosa no por sus adelantos tecnológicos, sino por lo que hizo con todo el dinero que ganó con sus empresas: el 18 de septiembre de 2006, a los 40 años, e invirtiendo 20 millones de dólares propios, Anousheh Ansari se convirtió en la cuarta persona “privada” -es decir no astronauta profesional- en ir al espacio. Estuvo por una semana en la Estación Espacial Internacional, donde llegó en cohete, siendo la primera persona de su país en ir al espacio. Y aunque expertos a veces miran en menos este tipo de “turismo espacial”, ella tiene sus razones para la aventura. “Espero inspirar a todos, especialmente a la gente joven, a las mujeres y niñas en todo el mundo, y en países de medio oriente que no les entregan las mismas oportunidades que a los hombres, para que no se rindan con sus sueños y los persigan”.
La experta en tecnología ha explicado que cree que la exploración espacial es fundamental para el futuro del hombre, y quiere ayudar a que las personas lo vena y lo entiendan, además de atraer a jóvenes mujeres a la ciencia espacial. Ha organizado programas educativos para colegios y universidades con estos fines, y viaja por el mundo contando su experiencia en el espacio. Junto a su familia, donó millones de dólares a la X Prize Foundation, que genera competencias y concursos para avanzar en descubrimientos e inventos tecnológicos.