Es una artista inclasificable porque su espíritu vanguardista la ha llevado a moverse con naturalidad en la performance, la música, la poesía o la escultura. A sus 70 años Laurie Anderson anunció que su gira “Language of the Future” la trae de vuelta a nuestro país.
Nació en Glen Ellyn, Illinois, Estados Unidos, creció en Chicago y a mediados de los 60s se trasladó a Nueva York donde estudió historia del arte y escultura. Ahí conoció también a personajes como Phillip Glass, William S. Burroughs, Gordon Matta-Clark y más tarde a quien fue su gran amigo, compañero y amante, Lou Reed. En 1972 llamó la atención con “Duets on Ice”, un acto de performance en el que se lanzaba a patinar por las calles de Manhattan sobre dos cubos de hielo mientras tocaba violín. Su consagración a nivel más mainstream vino en 1981 con el lanzamiento de “O Superman”, parte del proyecto United States y de su primer disco Big Science (1982).
Su creatividad se ha ido desarrollando en distintos ámbitos; utiliza la poesía, las imágenes y la música experimental para reflexionar con ironía sobre el lenguaje, la sociedad, la política y el rol de los sexos. La tecnología ha estado muy presente en su obra, aunque ella asegura, sin mayor pretensión, que sólo se trata de una herramienta para expresar una idea o una emoción. Anderson incluso ha inventado algunos instrumentos, entre ellos el violín de arco de cinta (que tiene un cabezal magnético en lugar de cuerdas) y un traje con sensores que disparan diversos sonidos de batería electrónica.
Un día Anderson recibió una llamada de la NASA en la que le ofrecían una residencia artística, pensó que se trataba de una broma, pero era real. Visitó el centro de control de misiles en Houston, el laboratorio de propulsión en Pasadena, conversó con científicos y se interesó por la nanotecnología. De ahí salió The End of Moon, un conjunto de historias con sonidos espaciales.
En 2013 perdió a su marido Lou Reed y le dedicó una preciosa carta celebrando la vida: “Lou era un príncipe y un luchador, y sé que sus canciones sobre el dolor y la belleza en el mundo llenarán a muchas personas con la increíble alegría que sentía por la vida. Viva la belleza que nos traspasa y está dentro de todos nosotros”.
Anderson sigue plenamente activa, en los últimos años ha participado en performances con artistas como Ai Weiwei y Sophie Calle.