Una de las primeras Hofemme fatale de la historia moderna, Mata Hari es la madre de todas las espías que con sus encantos le sacan información al enemigo.
En realidad esta holandesa se llamaba Margaretha Geertruida Zelle y se casó a los 18 años con Campbell MacLeod, un militar que fue destinado a Indonesia, donde tiempo después murió uno de los dos hijos que tenían. Se dice que Margaretha encontró consuelo adentrándose en la cultura oriental, donde aprendió los secretos de las danzas javanesas. Mientras, su marido se convertía en un alcohólico, lo que hizo que Margaretha le pidiera el divorcio a los 5 años de matrimonio y volviera a Europa en plena Belle Epoque.
Fue en París donde se apoda a sí misma Mata Hari (que en idioma malayo es sol u “ojo del día”) e inventa que es una princesa javanesa que fue criada en un templo donde aprendió las danzas orientales. Se convirtió en una bailarina de provocativa belleza que no le importaba estar semidesnuda en los escenarios, mientras se movía con total desenvoltura interpretando los bailes malayos. Su fama creció rápidamente lo que hizo que sus espectáculos de striptease con la danza de los siete velos estuvieran en lujosos cabarets y teatros. Además se convirtió en una cortesana de lujo, especialmente de muchos militares, quienes le regalaban joyas y casas.
Su vida como cortesana la llevaba a estar en estrecha intimidad con los más altos círculos militares y políticos. Se dice Mata Hari se convirtió durante la Primera Guerra Mundial en una doble espía, para Alemania y Francia, por lo que fue eventualmente acusada por los franceses de alta traición a la patria por entregar secretos militares, castigándola con la pena de fusilamiento. Sin embargo varios artículos dicen que nunca tuvo el talento para ser espía, y que fue un chivo expiatorio de Francia para demostrar algún avance en la guerra a la opinión pública, que no apreciaba la vida wild on de lujo de Mata Hari en un tiempo de pobreza
Para su muerte se negó a estar vendada y antes de que le dispararan, le tiró un beso de despedida al pelotón de fusilamiento, que de 12 expertos tiradores sólo 4 acertaron.