Fue jugando y compartiendo con sus dos hijos que Květa Pacovská comenzó a especializarse en el arte de la ilustración de cuentos para niños. La artista plástica checa es conocida internacionalmente como una joya dentro de la literatura infantil por su creatividad desbordante, audaces juegos de color y la libertad que proyectan sus obras.
Nació en la capital de la República Checa, estudió en el taller de Emil Filla y se graduó en la Academia de Artes, Arquitectura y Diseño de Praga. Una vez egresada trabajó por años como diseñadora gráfica y docente; y recién en 1961 comenzó a dibujar libros con su estilo propio caracterizado por el uso de formas geométricas y colores vivos.
Aunque es distinguida como ilustradora, después de la década de los 90s Květa también ha desarrollado una carrera en la escultura y pintura con numerosas exposiciones en Alemania, Francia, Holanda, Bélgica y Japón, con muestras en el Centro Pompidou de París y en el Museo de Artes Aplicadas de Frankfurt, entre otros. Su obra pictórica, influenciada por la tradición del constructivismo ruso y el Escuela de la Bauhaus, ha sido vendida sólo a museos e instituciones.
Su talento la llevó a reinventar con varios clásicos como Cenicienta, Caperucita y Momo, alejándose de las ilustraciones tradicionales del siglo XIX. Sus libros objetos más destacados -mayoría pop up, con troqueles y texturas- son El pequeño rey de las flores, Teatro de medianoche, La merienda y Hasta el infinito; publicados por prestigiosas editoriales y traducidos al alemán, inglés, japonés, francés, italiano, portugués y chino. En 1992 su título Papier Paradise fue premiado con el Goldene Letter, y además obtuvo el Premio Hans Christian Andersen, que se entrega a los mejores autores de literatura infantil. Unos años después, en 1999 recibió el doctorado honorario en diseño de la Universidad de Kingston, en Gran Bretaña.
Poco se sabe de su vida personal, pero quienes la han conocido cuentan que es una persona austera, tímida, y muy amable. Hoy a sus 91 años, su arte se ha convertido en objetos únicos. Pacovská es un referente gracias a su experimentación y libertad expresiva, que dejan en evidencia que hay muchas formas de representar la realidad, expandiendo la imaginación de los niños.