Símbolo de la lucha por la emancipación de la mujer africana y la independencia de Mozambique, la guerrillera Josina Machel fue jefa de la Sección de la Mujer en el Departamento de Asuntos Exteriores del Frente de Liberación de Mozambique (FRELIMO). Reclutó combatientes, organizó grupos defensivos comunitarios y creó orfanatos, centros de salud, escuelas y guarderías.
Nació en el seno de una familia anticolonial. Al terminar la primaria se mudó a la capital con su abuela para asistir a un instituto comercial. Se unió al Núcleo de Estudiantes Secundarios Africanos de Mozambique, organización fundada por Eduardo Mondlane, antropólogo que presidió el Frente de Liberación de Mozambique.
A los 18 años trató de cruzar por tierra hasta Tanzania para unirse a una cédula del FRELIMO. La detuvieron y encarcelaron. Meses más tarde la pusieron en libertad y bajo vigilancia de la policía portuguesa, huyó junto a otros estudiantes y pidió asilo en Eswatini, al oeste de su país. Luego escaparon a Sudáfrica.
Cuando llegó a Tanzania trabajó en un centro de educación para estudiantes mozambiqueños. Le ofrecieron una beca para estudiar en Suiza, pero la rechazó. En vez, se presentó como voluntaria para la Sección de Mujeres de FRELIMO; el Comité Central había decidido que las mujeres tenían derecho a participar en la lucha armada.
En 1968 Josina asumió la jefatura del Departamento de Asuntos Sociales y luego se convirtió en jefa de la Sección de la Mujer en el Departamento de Relaciones Exteriores del FRELIMO. Fue nombrada delegada al Segundo Congreso FRELIMO y asistió a reuniones donde abogó por la participación igualitaria de las mujeres en el proceso de independencia.
Se casó con Samora Machel, quien sería el primer presidente del Mozambique independiente. Tuvo un hijo a los 25 años y reinició sus actividades casi de inmediato, aunque al tiempo empezó a sufrir fuertes dolores de estómago: tenía cáncer. En conmemoración de su muerte, en su país cada 7 de abril celebran el Día Nacional de la Mujer Mozambicana.