Desde chica le gustó el fútbol, una herencia de familia. Y aunque tenía muchas capacidades, convertirse en madre con 16 años puso en peligro la carrera en las canchas. La futbolista chilena Javiera Toro tuvo a su hijo y siguió adelante, y además de ser seleccionada nacional, en medio de la pandemia fichó para el Sevilla, en España, cimentando una carrera de nivel internacional.
Javiera Toro nació en Tocopilla, su padre jugaba en Coquimbo y Cobreloa, y ella y su hermano se criaron en las canchas. Su madre también siempre la apoyó, mientras Javiera crecía jugando en el barrio y no sacándose nunca los zapatos de fútbol. Además, mientras crecía, sobresalía en Atletismo.
Siendo adolescente fue a una prueba masculina en su ciudad de Universidad Católica, con éxito, pero la familia no tenía los recursos para mandarla a ella y su hermano a la capital. Entonces, con 15 años, Toro quedó embarazada, sufriendo la discriminación de una comunidad pequeña por ser madre adolescente. Aunque muchos pensaban que era el final de su opción de ser profesional, Javiera tenía claras sus capacidades, y motivada para salir adelante por su hijo, se trasladó a Santiago para jugar y trabajar.
Partió como seleccionada de Palestino y luego siguió en Santiago Morning y Colo-Colo. Entre medio, fue parte de la histórica Roja femenina que logró la inédita clasificación al Mundial de Francia de 2019, y que han luchado por convertir al fútbol en un sueño alcanzable y profesional para las mujeres en el país. En 2021 Toro participará de los Juegos Olímpicos de Tokio, junto a sus compañeras de la selección.
Mientras, es una de las chilenas de la Roja con mejor carrera internacional: en plena pandemia fue fichada por el Sevilla F.C., un club de primera división en España, el que tuvo una de sus mejores campañas desde su ascenso en 2017.
*Puedes ver a Javiera y la Roja femenina en @Historicaseldocu, sobre la hazaña del Mundial de Francia 2019. La película se estrena el 16 de julio a las 20 horas, entradas por Puntoticket.