Distinguida con el Right Livelihood Award (Premio Nobel Alternativo), la abogada y activista Jacqueline Moudeina logró llevar a juicio al ex dictador chadiano Hissene Habré, apodado el “Pinochet africano”.
Aún era guagua cuando su padre falleció y tenía 11 años cuando su madre también murió. Criada por su abuela materna, al finalizar la secundaria se matriculó para aprender idiomas en la Universidad de Yamena, ubicada en la capital de Chad. Sin embargo, en 1979 estalló una guerra civil en su país que “terminó” tres años más tarde con el establecimiento de la dictadura de Hissene Habré, apoyada por EE.UU. y Francia.
Se exilió con su esposo en República del Congo. Estudió Derecho en la Universidad de Brazzaville. En 1993 se unió a ATPDH, una organización chadiana que trabaja por la paz, las libertades y los derechos humanos fundamentales. Tras el derrocamiento de Habré la abogada regresó a Chad donde se convirtió en secretaria jurídica y más tarde en presidenta de la ATPDH.
Representante de las víctimas y sobrevivientes de Hissène Habré y sus cómplices, en 2001 sufrió un atentado. Mientras protestaba con un grupo de mujeres en Yamena contra el fraude electoral vio a un militar señalándola y segundos después una granada explotó a sus pies. Por más de un año recibió tratamientos para curar sus quemaduras, fracturas y salvar sus piernas. Quedó casi sorda de un oído, con una cojera y dolores crónicos.
Tras más de dos décadas de campaña, en 2016 las Salas Africanas Extraordinarias del sistema judicial senegalés condenaron al ex dictador a cadena perpetua. Luchadora incansable contra la impunidad, Jacqueline Moudeina trabaja por sensibilizar a las personas sobre sus derechos, hacer valer la dignidad de las mujeres, los derechos de los niños y de los presos; y garantizar que el recuerdo de lo sucedido sirva para reducir la impunidad. También recibió el Premio Martin Ennals para Defensores de Derechos Humanos y el Premio Alison Des Forges de Human Rights Watch.