Irène nació en Kiev literalmente en cuna de oro, ya que su padre, León Némirovsky, era uno de los banqueros judíos más acaudalados de Rusia. Como escritora más tarde describiría su infancia de niña rica con una madre fría y frívola a quien llegó a odiar. A Irène la persiguieron por ser millonaria y luego la mataron por ser judía, pero durante su vida se dedicó a escribir lo que veía dejando un importante legado literario que va desde “David Golder” hasta su novela póstuma “La Suite Francesa”.
En 1917 la Revolución Rusa hizo que los Némirovsky tuvieran que esconderse un año en Moscú mientras la revuelta bolchevique cundía y se acababan la era de los privilegios para familias como ellos. Irène era entonces una adolescente y durante esos meses se dedicó a leer y a escribir. Finalmente, cuando la cabeza de su padre ya tenía precio, tuvieron que escapar rumbo a Francia disfrazados de campesinos.
Irène terminó de estudiar Letras en la Sorbonne y se hizo parte de un ilustrado círculo de escritores con amigos como Joseph Kessel y Jean Cocteau. También conoció a Michael Epstein, judío como ella, que se convirtió en su marido y en el padre de sus dos hijas. En 1929 publicó “David Golder” que se transformó en una celebradísima novela, pero cuando la envió a la editorial lo hizo de manera anónima temiendo que la rechazaran por ser mujer y judía. El editor Bernard Grasset tuvo que publicar un anuncio en la prensa para poder conocer al responsable de tan brillante obra. Hasta que estallara II Guerra Mundial escribió varios libros cuyas tramas se inspiran en su propia historia familiar, como “El Baile”.
En 1940 el mariscal Pétain dictó un primer “estatuto judío” que dejó a Michel Epstein sin trabajo y a Irène sin poder publicar, eso a pesar que el matrimonio se había convertido al catolicismo el año anterior. Entre 1940 y 1942 los Epstein Nemirovsky se trasladaron a un pequeño pueblo y tuvieron que coser la estrella amarilla en sus ropas.
En julio de 1942 fue arrestada y deportada a Auschwitz donde murió. Su marido realizó desesperadas gestiones para lograr que la liberaran pero tres meses después, él corrió la misma suerte. Sus dos hijas se salvaron gracias a la protección de una profesora y vecinos. Con una maleta cargada de manuscritos de su madre lograron llegar a Niza a buscar refugio donde su abuela materna. Ella las rechazó y les dijo que como huérfanas les correspondía ir a un orfanato. De esa maleta salió la “La Suite Francesa” una gran novela que consta de dos partes donde Irène fue narrando la ocupación nazi, la salida de París, el éxodo y las miserias de la gente escapando por los caminos franceses; una dolorosa crónica escrita mientras ella la sufría en carne propia. “La Suite Francesa” se publicó recién en 2004, se transformó en un éxito mundial y recibió el Premio Renaudot a título póstumo. Sus hijas Denise y Elisabeth se han preocupado de conservar la obra y la memoria de su madre.