La semana pasada, a sus 95 años, la escritora uruguaya Ida Vitale se convirtió en la quinta mujer en ganar el premio Cervantes. Es poeta, traductora, ensayista, profesora y crítica literaria y miembro del movimiento artístico denominado “Generación del 45”, al cual también perteneció Idea Vilariño y Juan Carlos Onetti, entre varios otros autores. La poesía de Vitale es “esencialista” e indaga en la alquimia del lenguaje. Ha recibido importantes premios, entre ellos el Premio Octavio Paz, el Premio Reina Sofía y hace pocos días el Premio Cervantes.
Ida es cuarta generación de inmigrantes llegados desde Italia a Uruguay y pertenece a una familia de intelectuales. Estudió humanidades y trabajó como profesora. Colaboró en el semanario Marcha, fue codirectora de la revista Clinamen e integró la dirección de la revista Maldoror.
Durante la dictadura cívico-militar se exilió en México. Allá conoció a Octavio Paz, quien la invitó a formar parte de la revista Vuelta. Además participó en la fundación del periódico Uno Más Uno. Dentro de su obra cultivó distintos géneros como el ensayo y la crítica literaria, y además tuvo un importante quehacer como traductora de francés e italiano. Entre los autores de sus versiones se cuenta a Simone de Beauvoir, Benjamin Péret y Luigi Pirandello.
La escritora volvió a Uruguay en 1984 y dirigió la página cultural del semanario Jaque. Un par de años después volvió a emigrar y se instaló en Austin, Texas, junto a su marido, el poeta Enrique Fierro. Vivió allí durante 30 años y retornó a Uruguay en 2016, luego de enviudar.