Ida Gramcko fue poeta y la primera periodista policial venezolana. De formación autodidacta, “vivió exclusivamente para escribir”. En 1977 fue merecedora del Premio Nacional de Literatura y en 1982, recibió el Premio Henrique Otero Vizcarrondo por mejor artículo de opinión publicado.
Nació en Puerto Cabello, entre el mar y veleros. Se crió en un hogar rodeado de libros, donde desde los tres años llamaba a su mamá de vez en cuando para dictarle “una cosa que tengo acá arriba en la cabeza”. Eran poemas. Luego aprendió a leer en los letreros de la calle.
La educaron en casa, ella pasaba los días escribiendo en su pieza. La literatura era su refugio, sobre todo los poetas del Siglo de Oro español. Cuando tenía 13 años publicó sus primeros poemas, con los que obtuvo su primer premio y se posicionó como una “niña prodigio”.
A los 18 escribió su obra prima, Umbral. El poemario ganó el Premio de la Asociación Cultural Interamericana. Al año siguiente, sin haber terminado sus estudios de bachillerato, se convirtió en la primera reportera policial y cronista en el diario El Nacional. Ejerció el oficio de reportera a lo largo de medio siglo.
Entrevistó a personajes destacados de la historia venezolana. Colaboró en la Revista Nacional de Cultura durante 16 años. Cumplió funciones diplomáticas como encargada cultural en la Unión Soviética. Sufrió problemas psiquiátricos que dieron vida a “Memorias de una psicótica”.
Terminó su escolaridad y a los 40 años se licenció en filosofía en la Universidad Central de Venezuela. Dictó la cátedra de Poesía y Poetas en la Escuela de Letras de su alma mater. Durante los años ochenta se dedicó a dictar talleres de poesía en el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos.
“Mi vida literaria, mi vida, ha sido una búsqueda afanosa, angustiada, un clamor y una petición de verdad. Ahora, después de muchos años de vigilia y atormentada espera, puedo decir que he hallado la inmensa plenitud (…) lo más importante es el amor, pero no el fugitivo: la pasión, sino aquel que es espíritu en impulso pleno y permanente”.
[Créditos fotos: ©ArchivoFotografíaUrbana, Editorial Letra Muerta, Alfredo Cortina]