El 16 de Agosto de 2012 la vida de Naomí Navarro cambió para siempre. Fue diagnosticada de cáncer y sus oportunidades de vida no eran auspiciosas. Tenía 32 años, una pareja estable y ganas de ser mamá. Pasaba por un buen momento, tenía tantas habilidades que pasó con una gracia inverosímil de una profesión a otra destacándose en todas y cada una por su perfeccionismo y oficio: diseñadora, nadadora, paisajista y finalmente, como fundadora de Cáncer Coaching Chile, esta idea que el duro giro de la vida convirtió en su gran obra.
Llevaba una vida sana, hacía tres años que no consumía alcohol y había dejado de fumar. Su único vicio era la natación. Entrenaba cuatro días a la semana en una piscina semi olímpica y en cada entrenamiento sobrepasaba los 2.300 metros. No tenía antecedentes de cáncer en su familia.
La cambió todos sus planes. Sus dolores eran muy fuertes, agotadores e invalidantes. Estuvo 25 días internada hasta saber de qué cáncer estaba enferma. Se llamaba Sarcoma de Pnet, el cual ya le había provocado lesiones en varias partes de su columna, sacro, fémur, espalda baja, parte superior de la espalda, costillas y cuello.
Desde ese día pasó por muchas y dolorosas quimioterapias, medicina alternativa, distintas drogas y consejos varios. Entendió que el cáncer no es sinónimo de muerte, si no de aprendizaje. Observó el modo en que se trata a los pacientes que padecen esta enfermedad. Sufrió, pero de esta etapa decidió sacar algo en limpio y aportar.
Así es como creó Cancer Coaching Chile, una fundación que nace desde su experiencia y la de otros pacientes que conoció en este proceso. Ahí se orienta y acompaña a pacientes con cáncer a través de testimonios, datos, difusión de talleres, conferencias. Y sobre todo, con experiencia y empatía.A todos los que recibió los escuchó de manera abierta y respetuosa, distinta a la que muchas veces reciben los enfermos, cuando los que estamos sanos, no somos capaces de informar, cuidar y proteger a nuestros amigos, colegas o familiares de la manera correcta, más allá de las buenas intenciones. Naomi vivió la soledad del diagnosticado con cáncer en una edad joven y productiva; de golpe se vio luchando contra una enfermedad que limita y separa de sus pares. Esa se convirtió en la mayor misión de Cancer Coaching Chile, orientar y contener a personas desde la vivencia y la experiencia con el cáncer.
Construyó esta fundación prácticamente sola, con la ayuda de personas que fue conociendo en este camino nuevo que le puso la vida, sus padres y algunos amigos, trabajando entre quimio y quimio.
El cáncer se fue por un tiempo pero volvió con más fuerza, y el 24 de agosto de 2017, llegó el momento de descansar para Naomi. Dejó un valioso legado de contención y compañía para los que viven el cáncer en la juventud.
Colaboración: Paty Leiva y Paloma Salas