Comenzó su carrera paraolímpica en el tenis, y llegó a representar a Chile en dos Juegos Olímpicos. Se pasó al lanzamiento de bala para continuar en el atletismo, y en Tokio 2021, la deportista Francisca Mardones se llevó la medalla de oro.
Desde chica le gustaba y tenía aptitudes para el deporte, practicaba basquetbol y voleyball. Estudió Turismo y se encontraba trabajando en un hotel en las Islas Vírgenes, cuando llegó el Huracán Lenny en 1999. Francisca fue golpeada por un deslizamiento de tierra y cayó por un barranco, quedando con una lesión en la columna.
Tras el accidente y ahora en silla de ruedas, Francisca comenzó una larga rehabilitación. Le sugirieron volver al deporte, ahora adaptado, y comenzó practicando tenis. Entrenó en Estados Unidos, y fue seleccionada para el Team Chile Paraolímpico; representó al país en los Juegos Olímpicos de Londres y de Río, y llegó a rankear número 11 a nivel mundial.
Tanto por lesiones como por extender su vida en el deporte, Francisca comenzó a proyectarse en el atletismo. En 2017 ya es oficialmente atleta de lanzamiento de jabalina, bala y disco, y en el campeonato mundial de 2019, se quedó con el oro y récord mundial el bala; su padre había muerto seis días antes, y Francisca dijo que compitió en su honor.
Llegó a los Juegos Olímpicos de Tokio con 43 años, y con el honor de ser la abanderada chilena en la ceremonia inaugural. Luego, se convertiría en la ganadora de la medalla de oro en bala en su categoría, después de haber lograd un nuevo récord, de 8,33 metros. Mardones tiene hasta una Barbie en su honor, y ha dicho: “Sin importar la edad, no dejen de creer en sí mismos porque pueden ser lo que quieran ser”.