Fue símbolo de lucha patriarcal cuando se negó al “matrimonio reparador”, ley que amparaba a agresores sexuales y prescribía el delito al comprometerse a casarse con la víctima.
Franca Viola nació en Alcamo, Italia, en una familia de agricultores. A los 17 años Fillipo Melodía pidió su mano, pero el padre de Franca rechazó la propuesta debido a los antecedentes mafiosos de la familia del joven. Fillipo se enfrascó en incansables amenazas y persecución a todo el entorno de Franca. Destruyó sus viñedos e irrumpió en la casa de los Viola; Franca sería secuestrada por ocho días y violada.
Fillipo no iría a la cárcel por la agresión se casaba con la Franca, pues en esa época se le otorgaba mayor importancia al honor de la joven abusada que al de delito sexual. Por ello estaba establecido en la ley el “matrimonio reparador” en el que la agresión se pasaba por alto cuando el violador se comprometía con su víctima. Viola se convirtió en la primera mujer en oponerse a este estatuto. Su rechazo fue apoyado por su familia quienes comenzaron un proceso judicial contra el joven. Esto trajo consigo otra ola de amenaza para los Viola, sumada a las declaraciones que establecían que no había sido un secuestro sino que una fuga consentida.
Franca se convirtió en el primer eslabón para un cambio y nueva perspectiva del sistema judicial, en el que prevalecieran los derechos de las mujeres. Pese a las complejidades, finalmente la joven ganó el juicio en el que Fillipo fue condenado a 11 años de cárcel. De todas formas, la familia Viola tuvo que tener durante un tiempo resguardo policial, e incluso cuando Franca se casó con su novio de infancia, Guissepe Ruisi, este también recibió amenazas. Actualmente Viola tiene 72 años y en 2014 se le otorgó el título de Gran Oficial de la Orden del Mérito de la República Italiana.