Médica, poetisa, ensayista y profesora de literatura; Esther de Cáceres fue una mujer uruguaya fiel a su vocación y una apasionada promotora de la cultura. En 1929 se graduó de de medicina, siendo la única mujer en su generación universitaria, y publicó su primer libro de poesía, Las ínsulas extrañas.
Nació en una familia de clase media acomodada, por lo que tuvo ventajas culturales pese a que desde niña luchó contra los prejuicios de la época. Hija de una madre soltera, Esther se crío en casa de su abuelo, un orfebre que le inculcó la disciplina y la acercó al arte y las letras. En forma paralela su tío, el Dr. Luis Correch, la apoyó para que continuara su formación académica.
Estudió medicina en la Universidad de Mujeres; se tituló y ejerció su profesión en el Hospital Maciel y la Intendencia de Montevideo. Asimismo, alternando su trabajo con la docencia, se desempeñó como profesora de secundaria en el Instituto Normal y la Facultad de Humanidades, sin nunca abandonar su carrera médica ni su labor literaria.
En 1961 ingresó a la Academia Nacional de Letras, organismo al que representó en varios congresos internacionales. Viajó por Europa y América, fue agregada cultural de la Embajada de Uruguay en Washington y fundó y presidió el Museo Torres García.
Con una vasta producción tanto poética como en prosa, dicen que la religiosidad y la búsqueda espiritual estuvieron siempre presentes en su vida y obra. Luego de tener un pensamiento próximo al anarquismo y una activa participación en el Partido Socialista en su juventud, al conocer el humanismo cristiano encontró el sentido que unía su fe religiosa, su filosofía y sus ideas políticas.
Esther de Cáceres fue una mujer excepcional que “además de sus múltiples profesiones y oficios” apoyó e impulsó la carrera de artistas y escritores. Su hogar fue un punto de encuentro para realizar reuniones y tertulias a las que asistían destacados intelectuales de la época.