Considerada “la mujer más peligrosa de América” por el FBI en la década de 1900, Emma Goldman fue una activista feminista, escritora y anarquista que luchó hasta el día de su muerte por sus ideales.
Nació en Lituania en 1869 (cuando era parte de Rusia) dentro de una familia judía ortodoxa. A los 15 años emigró a Estados Unidos huyendo del matrimonio arreglado al que la forzaba su padre. Comenzó a trabajar en construcción cuando dos anarquistas fueron condenados a la horca tras la revuelta de Haymarket. Esto la animó a unirse al movimiento revolucionario de la época y mudarse a Nueva York.
Su primera vez en prisión fue en 1893, en las islas Blackwell, por incitar un paro de trabajadores. Fue nuevamente arrestada en 1901 por su incidencia en el asesinato del presidente estadounidense William McKinley; el asesino había dicho que leía los escritos de Goldman y que lo envalentonaron. En 1911 escribió “Matrimonio y amor”, texto feminista donde expresó los ideales que la llevarían a su tercer arresto en 1916, por la distribución y defensa de la anticoncepción. En 1917 fue su última vez en prisión por protestar en contra de la ley que obligaba al servicio militar.
A pesar de su fama era una protestante pacifista que se declaró públicamente en contra de la Primera Guerra Mundial por considerarlo un conflicto imperialista. Estas últimas declaraciones le costaron su estadía en Estados Unidos y en 1919 fue deportada a Rusia.
Apoyó a los bolcheviques hasta presenciar la represión política y los trabajos forzados contra la oposición. De esta época nació su escrito “Mi desilusión con Rusia” y “Mi posterior desilusión con Rusia”.
Se mudó a Canadá para seguir trabajando en su escritura y en 1931 publicó “Viviendo mi vida”, un libro autobiográfico. En 1936 fue invitada a Barcelona para trabajar en pos del gobierno español durante la guerra civil de ese país. Terminado el conflicto, volvió a Canadá y murió en mayo de 1940. Su cuerpo fue sepultado en Chicago bajo el epitafio “La libertad no descenderá al pueblo, el pueblo debe ascender por sí mismo a la libertad”.