Elegida mejor cantante de Brasil en 1962, la representante de la música popular brasileña Elis Regina difundió el tropicalismo, innovó los espectáculos musicales y dirigió la Asociación de Intérpretes y Músicos de Brasil. Criticó públicamente a la dictadura y participó en las campañas por la amnistía para los exiliados brasileños.
Cuando tenía siete años su mamá la llevó a un programa de radio para cantar. Estaba tan nerviosa que no pudo. Luego, a los 11, debutó en el programa «O Clube do Gurí», en la radio Farraupilha. Dos años después la contrató Radio Gaúcha, donde fue descubierta por Wilson Rodrigues Poso, cazador de talentos del sello Continental, y firmó su primer contrato con la disquera.
A los 16 años grabó su primer sencillo, “Viva a Brotolândia”. En 1965, obtuvo el primer lugar en el 1º Festival de Música Popular Brasileña interpretando la canción “Arrastão” de Edu Lobo y Vinicius de Moraes. Días después compartió escenario con Jair Rodrigues y Jongo Trio en el Teatro Paramount de São Paulo.
Condujo con Jair el programa musical “O fino da bossa”. Juntos grabaron “Dois na bossa”; el primer álbum brasileño en vender más de un millón de copias. Pronto se convirtió en la cantante mejor pagada de Brasil. Impulsó la carrera de jóvenes artistas y popularizó el tropicalismo, movimiento vanguardista que revolucionó los estilos musicales y la identidad cultural brasileña.
Durante una gira que hizo por Europa dijo que Brasil estaba gobernado por “gorilas”. La amenazaron con encarcelarla a menos que cantara el himno nacional en las Olimpíadas del Ejército. Años después “O bêbado e o equilibrista”, uno de sus mayores éxitos, se convirtió en himno del movimiento por la amnistía de los presos políticos en su país. Grabó además “Elis & Tom” con Tom Jobim, considerado como uno de los discos más importantes de la música popular brasileña.
Murió a los 36 años de una sobredosis de alcohol y drogas; luego de su muerte, miles de personas se agolparon en las calles cantando sus canciones para despedirla.