Diana Beresford-Kroeger es una botánica y bioquímica irlandesa, que lleva décadas abogando por los árboles y los bosques; usando sabiduría de siglos sobre plantas y flores junto con ciencia moderna, busca salvar especies que pueden contrarrestar el cambio climático y mejorar las vidas de las personas.
Nació en Inglaterra y quedó huérfana a los 12 años; fue un tío irlandés quien se la trajo a vivir consigo a Cork, Irlanda. Una tía abuela le entregó la sabiduría ancestral de sus tierras, donde los árboles son parte vital del mundo, y donde cada planta y flor del bosque tiene algún uso medicinal en humanos.
Diana estudio botánica y bioquímica en la Universidad de Cork, se trasladó a Estados Unidos para profundizar sus estudios y terminó instalada en Canadá, donde vive hasta hoy. Ahí partió trabajando como investigadora científica.
Fue en el laboratorio, estudiando las plantas con las que había crecido, que se dio cuenta que los conocimientos irlandeses populares tenían un asidero en la ciencia si se ponían bajo pruebas químicas. Dejó la Academia, y desde los años ochenta que escribe libros y da charlas, además de cultivar su propio bosque nativo en su propiedad, con especies de árboles que ya estaban extintos en el lugar, salvando semillas y plantándolas.
Diana entrega semillas rescatadas a quien se las pida, y es defensora de la importancia del bosque boreal, para entregar no solo oxígeno al ecosistema, sino que también por la fertilidad de sus suelos y otros beneficios para el humano. Promueve un bioplan sencillo: si cada persona en la tierra planta 6 árboles nativos -con especies resistentes a calores y a inundaciones, tomando en cuenta los desafíos climáticos del entorno-, se podría mitigar el cambio climático.
Ha publicado varios libros, y ha recibido varios honores, como doctorados honorarios y es parte de la Sociedad Geográfica Canadiense.