Tras un poco más de dos años Clärenore Stinnes se convirtió en la primera mujer europea en dar la vuelta al mundo en automóvil. Pilota de carrera alemana, no se limitó por los roles de género de su época y atravesó 23 países.
Hija del político y magnate Hugo Stinnes y Cläre Wagenknecht, cuando terminó el colegio viajó a Sudamérica para hacer negocios en el nombre de su padre. Estuvo 9 meses en el continente. Al regresar asumió el cargo de asistente de dirección en la compañía cinematográfica “Westi-Film”, recién fundada por Hugo en Berlín.
Cuando su papá murió en 1924 le negaron trabajar en las empresas familiares. Sus hermanos grandes tomaron el control. Su madre le insistió que se casara pronto, ella decidió buscar un pasatiempo. Las carreras en auto estaban en boga; gracias al dinero de su familia a los veinticuatro años participó en su primer certamen.
Pese a que no existía la modalidad femenina ganó 17 torneos. Era la única mujer que competía y se transformó en una de las pilotas de carreras más exitosas de Europa. Atraída por la idea de conocer otros destinos, en 1927 inició su viaje en pleno período de entreguerras.
Logró que la financiaran tres marcas alemanas relacionadas con la industria automotriz. Además contó con el apoyo logístico del ministro de Asuntos Exteriores alemán y los embajadores de Francia, Inglaterra y la Unión Soviética. Contrató a dos mecánicos para que la acompañaran, también al fotógrafo sueco Carl-Axel Söderström para que retratara su travesía. Luego de cruzar Siberia durante el invierno, los mecánicos renunciaron para regresar a Alemania. El único que la acompañaría hasta el final sería Carl-Axel, con quien luego se casaría.
Juntos recorrieron tres continentes: Europa, Asia y América. Con las imágenes que el fotógrafo había grabado hicieron un documental y además Clärenore escribió sus vivencias en un libro.