Primera mujer campeona olímpica de la historia en una prueba individual, la tenista británica Charlotte Reinagle triunfó en cinco campeonatos de Wimbledon. Marcó un récord como la tenista femenina más “veterana” en ganar un título en el torneo más antiguo y prestigioso del mundo del tenis.
Desde pequeña le gustaron los deportes, su mamá y su papá siempre la alentaron. Aprendió a jugar tenis en el Club Ealing Lawn; el tenista Harold Mahony la entrenó para que mejorara la velocidad de sus golpes. A los 14 años ganó su primer partido en el club, en 1893 logró su primer título absoluto.
El inicio de sus victorias en Wimbledon fue en 1895. Luego se animó a participar junto a sus compañeras de club en certámenes fuera de Inglaterra. A los 26 años, a raíz de una infección, quedó sorda. Tuvo que readaptarse al juego y desarrolló un nivel de concentración admirable.
En 1900 se convirtió en campeona olímpica tras vencer a la francesa Hélène Prévost en la final femenina de tenis de los Juegos Olímpicos de París. Era la segunda versión de estas olimpíadas y la primera vez que le permitieron competir a las mujeres. También ganó la prueba de dobles mixtos junto a Reginald Doherty.
Se casó, tuvo dos hijos y tras una pausa de varios años volvió a la cancha para obtener un nuevo triunfo en Wimbledon con 37 años. No sólo se transformó en la tenista “más vieja” en ganar sino que también en la segunda en la historia en hacerlo siendo madre.
Alfred, su esposo, fue presidente de la Lawn Tennis Association, organización enfocada en promover el deporte” desde la participación de base hasta el juego profesional”. Gwen, su hija, jugó en el equipo de tenis de la Wightman Cup del Reino Unido y Rex, su hijo, fue vicepresidente del All England Club.
Su última visita a Wimbledon fue tres meses antes de cumplir 90 años. Viajó sola para estar en la cena de ganadores que el club organizó para celebrar los 75 años de la creación del torneo. Ingresó al Salón Internacional de la Fama del Tenis en 2013.