En la reciente graduación de Derecho en la Universidad Americana de Afganistán, en Kabul, una estudiante se robó todas las miradas y los aplausos. Era Breshna Musazai, quien recogió su diploma en una silla de ruedas. La joven es una sobreviviente del ataque terrorista a la misma universidad hace dos años, y aunque ha sido una larga recuperación, estuvo determinada a terminar sus estudios.
Breshna es afgana y tuvo polio cuando era niña, lo que la dejó con una cojera en su pierna derecha para toda su vida. Ella, que con su familia se trasladó a Pakistán por los problemas en su país, ha dicho que siempre sintió que no servía para mucho debido a su discapacidad. Pero su padre la animó a educarse, e incluso cuando no tenían muchos recursos se preocupó de que su hija siguiera adelante con los estudios, algo poco común para una mujer en su país. Breshna fue adquiriendo seguridad, y 2012, tras trasladarse de regreso a Kabul con su familia, entró a estudiar Derecho a la American University de Afganistán. Ha dicho que la educación es su superpoder.
Era el 24 de agosto de 2016 cuando comenzaron los disparos. Musazai estaba en la mezquita de la universidad terminando sus oraciones, cuando comenzó el ataque terrorista hecho por un grupo no identificado. Breshna trató de huir pero su pierna mala hizo que corriera más lento, y recibió tres disparos en su pierna sana, la izquierda. Como el ataque continuaba, se hizo la muerta mientras seguía oyendo disparos para engañar a los terroristas, y luego, quedó entre medio del fuego cruzado con el equipo de rescate. Finalmente logró salir con vida; 13 personas murieron en el ataque.
Tras un año de operaciones, Breshna tomó una decisión; no se detendría. Al año del atentado retomó su vida en la universidad, en su silla de ruedas. Ahora, ya recibió su título. “Mi mensaje para las jóvenes con discapacidad, es que deben creer en sus habilidades. Nadie es perfecto ni nadie es inservible. Nunca es tarde para seguir tus sueños”.