Poco se encuentra de ella en Internet y menos si se busca en español, pero la figura histórica de Blanche Peyron ha sido rescatada por la escritora francesa Laetitia Colombani en su última novela Las vencedoras. Realizando la investigación sobre la historia del Palacio de la Mujer, la autora cuenta que descubrió la existencia de Peyron en archivos de época y también una biografía que había sido escrita en los años 30.
Blanche se habría alistado en el Ejército de Salvación en 1888 donde conoció a su compañero y futuro marido, Albin Peyron. Contrajeron matrimonio en 1891, tuvieron seis hijos y dedicaron su vida a la acción social.
En 1925 el Ejército de Salvación compró el edificio ubicado en la Rue de Charonne, en el distrito 11 de París para transformarlo el Palacio de la Mujer, que sobrevive hasta el día de hoy. Construido en 1910, este había funcionado como convento, hospital militar y ministerio de pensiones. Según la novela de Colombani esta adquisición fue una iniciativa de Blanche, quien salía por las noches a prestar refugio y darles comida a lo más desvalidos. Sensibilizada por la inmensa cantidad de mujeres vulnerables en las calles y sus penurias, se empecinó en conseguir un lugar para ellas y convenció a su marido para que comenzaran una incansable recolección de fondos. Tocaron las puertas de importantes empresarios, políticos y banqueros de la época para conseguir donaciones. Los Rothschild, Lazard y Peugeot fueron algunos de los benefactores mencionados, además de Bramwell Booth, hijo del fundador del ejército de Salvación.
Los medios de comunicación de la época también hicieron eco de la campaña y Blanche dejó los pies en la calle accediendo a los más altos círculos sociales pero también apelando a la caridad de pequeños aportantes en los barrios de clase media. El 23 de junio de 1926 se inaugura el Palacio de la Mujer. Entonces Blanche Peyron emprende un nuevo proyecto: La Casa de la Madre y el Hijo. Lamentablemente la salud no la acompañó y murió de cáncer en 1933, pero su marido siguió adelante con su legado. Y hoy la historia le hace justicia a su memoria.