Fundadora de la Casa de Cultura da Mulher Negra de Santos, Alzira Rufino fue pionera del feminismo negro antiracista. Escritora, enfermera y activista por más de cuarenta años, creó la revista Eparrei! y publicó el poemario «Yo, negra, resisto», el primer texto de una autora afrodescendiente brasileña en ser incluido en la colección del Museo de Literatura Mário de Andrade.
Hija de una ama de casa y un estibador del puerto, oriunda de Baixada Santista, desde niña trabajó para ayudar a su mamá las veces que su papá se gastaba su sueldo en el bar. Asistió a un colegio privado, pero cuando llegó a la adolescencia sus padres determinaron que tenían que prepararla para ser una buena esposa y dejaron de pagar su educación. Sin embargo, ella siguió estudiando mientras era ayudante de cocina y hacía aseo en un hospital. Tras sufrir racismo por parte de sus compañeros renunció.
Emigró a São Paulo donde hizo varios cursos de auxiliar en el sector salud y luego se graduó como enfermera. A fines de los años 70 regresó a su ciudad para cuidar a su mamá. Se integró al hospital Casa de Saúde de Santos donde conoció a la profesora Telma de Sousa. Ella la invitó a participar en reuniones de articulación política que resultaron en la formación del directorio del Partido de los Trabajadores. Alzira pronto notó que las temáticas de género no eran una prioridad para el partido por lo que decidió organizarse con otras mujeres negras- feministas.
En 1984 formó el Coletivo de Mulheres Negras da Baixada Santista. En 1990 creó la Casa de la Cultura de Mujeres Negras en Brasil para ofrecer refugio, apoyo psicológico y legal a víctimas de prejuicios raciales y violencia doméstica. Dos años después fue coordinadora del Encuentro de Mujeres Negras de América Latina y el Caribe, se convirtió en la primera mujer negra de la región en recibir el título de Ciudadana Emérita del Ayuntamiento de Santos y en 2005 la nominaron para el Premio Nobel de la Paz.