Poeta argentina de ascendencia rusa, Alejandra Pizarnik nació en Buenos Aires. La procedencia de sus padres -inmigrantes judíos que venían de Eslovaquia- marcó su vida desde un comienzo. La tragedia familiar del exilio y la sombra del horror de la Segunda Guerra Mundial fue una carga que afectó de alguna manera su personalidad, además su autoestima se vio dañada por su fuerte acento al hablar, la tartamudez y los problemas de peso.
Sus gustos se inclinaban por las artes, el periodismo y la filosofía; finalmente en 1954 se inscribe en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Luego de un año en pausa estudiando en la Escuela de Periodismo, al año siguiente vuelve a retomar Letras, carrera que termina en 1957. Es durante este proceso cuando lanza su primer libro “La tierra más ajena”, libro del que más adelante renegaría.
Para las últimas generaciones Pizarnik se ha convertido en un ícono del feminismo. Su trabajo transitó entre diferentes estilos para intentar clasificar lo inclasificable, exponiendo en sus letras la violencia en sus expresiones poéticas, el gusto por exhibir sus fantasmas interiores sin vergüenza y su permanente reflexión sobre las fronteras del lenguaje. Su amigo Octavio Paz dijo sobre su obra que “sus poemas no contienen ni una sola partícula de mentira”. En ellos Pizarnik dibuja una femineidad no convencional, y si bien nunca se declaró abiertamente lesbiana –su sexualidad y vida privada siguen siendo tema de debate entre sus estudiosos y seguidores-, siempre jugó con esas figuras.
En 1964 viajó a París y estudio Literatura Francesa en La Sorbona, luego trabajó en diferentes diarios y revistas con poemas y traducciones. Dejó su marca en la escena literaria local. Se convirtió en una de las grandes voces del sesenta; publicó una decena de libros, entre poemas, novelas y hasta una obra de teatro; ganó las becas Guggenheim y Fulbright. Hoy es considerada una de las grandes poetas de la historia argentina y latina.
Finalmente se quita la vida en 1972 como consecuencia de una profunda depresión. Tenía solo 36 años.