Reconocida por ser una de las mentes tras la vacuna Pfizer, la argentina Alejandra Gurtman es una de las médicas que dedicó más de 14 horas diarias de estudio al que sería uno de los principales mecanismos de prevención del virus Covid-19.
Hace más de 16 años que trabaja en la farmacéutica Pfizer, donde actualmente es Vicepresidenta de Investigación y Desarrollo de vacunas. Sin embargo, su vocación en la salud comienza cuando apenas tenía 5 años, según destaca Clarín. Fue el ver a su padre ejercer la medicina lo que la convenció de que ese era el camino que quería seguir. Ingresó a estudiar y se especializó en infectología, titulándose de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Más tarde viajaría a Estados Unidos y comenzaría a desarrollar de lleno su especialización, esto en décadas de pleno auge del VIH.
En relación a este virus, comenzó a realizar estudios clínicos y su formación posdoctoral en la Escuela de Medicina Mount Sinai de Nueva York. Más tarde se enfocaría de lleno en una de sus grandes pasiones: las vacunas. En 2005 se unió al laboratorio de Pfizer, especializándose en microorganismos respiratorios. Fue aquí donde jamás imaginó que se convertiría en una de las personas detrás de la formación de la vacuna contra el Covid-19, trabajo en el que también involucró y promovió la participación de la comunidad argentina en los estudios respectivos.
Previamente, Alejandra había forjado una trayectoria y gran experiencia en vacunas antineumocócicas. Además, durante estos últimos 10 años ha puesto sus esfuerzos en la vacuna Staph Aureus y sus respectivos ensayos clínicos. Ahora, desde la llegada del covid 19, Gurtman ha estudiado la eficacia de la vacuna Pfizer, impulsada por el laboratorio BionTech. Es así que junto al médico Fernando Polack se ha convertido en un eslabón clave para la prueba y efectividad de la inoculación, tanto en la población en general, como en la población infanto – juvenil.