Agnès Varda es la “abuela de la Nouvelle vague”, el cine francés que se desarrolló a finales de los 50. El trabajo cinematográfico que viene realizando esta veterana desde mediados del siglo pasado, fue distinguido con el Premio Donostia de la última versión del Festival de San Sebastián. Este reconocimiento, dado a personas que han hecho grandes aportes al cine, reconoció la visión de Agnes, que hoy a sus 89 años, siempre ha estado al margen de la industria, a través de una mirada de carácter realista y social.
Arlette Varda nació en Bruselas en 1928, en una familia de griega-francesa. tras estudiar Historia del Arte en la École du Louvre, fue fotógrafa oficial del Teatro Nacional Popular ó Théâtre National Populaire (TNP) de París.
Un amigo de Agnes padecía una enfermedad terminal que le impedía moverse y visitar la pequeña ciudad pesquera francesa de Séte. Agnès, quien no tenía ningún entrenamiento cinematográfico, de forma autodicacta se decidió ir ahí y grabar durante algunos días en el barrio “La Pointe Courte”, para que su amigo visitara a través de sus grabaciones este destino. Con este material Agnès decidió armar su propia productora y así crear su ópera prima, una película donde narraba la historia de una afligida pareja y su relación con el pueblo. “La Pointe Courte” se estrenó sin gran popularidad en 1954. A pesar de su bajo perfil, se convertiría con la historia en la que se considera la precursora estilística de la Nouvelle Vague, La Nueva Ola francesa, que declaraba la libertad técnica en la producción audiovisual como reacción contra las estructuras del cine francés a finales de la década del 50.
Desde ese entonces Agnès Varda no ha parado. Ha estrenado decenas de documentales y películas que han sido galardonadas, como “La Felicidad” que ganó el Oso de Plata en el Festival de Berlín en 1965, y “Sin techo ni ley”, ganadora de del León de Oro en el Festival de Venecia en 1985.
Desde los 2000 decidió empezar una carrera de artista visual, de video instalaciones principalmente, a la par con su veta cinematográfica, donde ha continuado investigando temas de género y sociales, a través del género documental y la experimentación de los estilos.
Su legado artístico fue premiado en 2015 con la Palma de Oro de Honor del Festival de Cannes, lugar donde este año estrenó una nueva película (fuera de competencia) Visages, Villages (Caras y lugares). Codirigida con el artista y fotógrafo francés JR, codirigido con el artista JR, es un documental que viaja por los pueblos de la Francia profunda, para poner en valor a sus habitantes.
Además Agnès Varda, recibirá un Óscar honorífico el 11 de noviembre en la próxima edición de los Premios de los Gobernadores, por su trayectoria en el mundo del cine.
En una entrevista del diario español El País de finales de septiembre pasado, Agnès expresó :“La conciencia femenina se va construyendo y el feminismo se hace con los hombres. Hacemos lo que podemos con la realidad. El cine viene de la vida y es por eso por lo que todo mi cine viene de mi vida como mujer, pero también como ciudadana, como madre o abuela. Todo lo que está en la vida se puede transformar y más en este mundo que es un caos y un horror. Yo no busco éxitos comerciales, ni dinero con mi cine, lo que quiero crear como artista son vínculos y sentimientos de fraternidad y ternura entre la gente”.
* Actualización: Agnès Varda murió el 29 de marzo del 2019, a sus 90 años.