Comprender el dolor y sufrimiento del ser humano en relación a su biología y contexto cultural, también planteado como “biología cultural”, es la principal área de estudio de Ximena Dávila, reconocida epistemóloga chilena, orientadora de relaciones familiares y co fundadora del Instituto Matríztica.
Siempre tuvo gran interés por el bienestar de los demás. Así comenzó a desarrollarse en áreas de estudios relacionadas a los cambios humanos, el amor, expresión y la reflexión, tanto del pensamiento como de las acciones. Ximena empezó a cuestionar la cultura existente en la que se forjan los cambios colectivos e individuales de las personas, y a la vez, comenzó a estudiar a los individuos como seres amorosos que se insertan en esta cultura determinada. Además concentró su interés en el dolor humano, aspecto que siempre llamó su atención, sobretodo porque su padre era dirigente sindical y le trasmitía los dolores y deseos de dignidad de los trabajadores.
A través de la reflexión del dolor, los cuestionamientos que este crea en la vida de los individuos y las implicancias que la cultura podría tener en este, llegó al biólogo y filósofo chileno Humberto Maturana, a quien presentó su perspectiva teórica y con quien comenzó a desarrollar áreas de trabajo en conjunto. Actualmente, ambos llevan más de 15 años de estudio colaborativos y charlas que dan en distintos países. En el año 2000 crearon el instituto Matríztica, también llamado “escuela de pensamiento del sur del mundo”, en el que materializaron la comprensión del dolor y de una cultura colaborativa basada en el entendimiento humano.
Fue aquí donde se forjó su principal área de desarrollo que es la “biología cultural”, en la que se comprende a los seres desde los elementos del aspecto biológico, como desde los fundamentos culturales y sociales, que conjuntamente están presente en la cotidianeidad y la reflexión de los individuos. Además, su trabajo se ha complementado con libros como “El árbol del vivir” e “Historia de nuestro vivir cotidiano”.