Activista keniata que lucha por proteger el medio ambiente y el futuro de las nuevas generaciones africanas, Wanjira Mathai es directora regional para África & Asociaciones Globales en World Resources Institute (WRI). Lidera la Fundación Wangari Maathai, creada por su madre, y colabora en organizaciones para mitigar los efectos de la crisis climática. Ha sido elegida por Time como una de las 100 personas más influyentes del mundo.
Hija de Wangari Maathai, la primera mujer africana en ganar el Premio Nobel de la Paz y fundadora de Green Belt Movement (GBM) -organización ambiental que busca empoderar a las mujeres de zonas rurales para conservar el medio ambiente y fomentar la igualdad de género en los países en vías de desarrollo-, asistió al colegio en Nairobi y luego se mudó a Estados Unidos.
Estudió biología en Nueva York. En aquel entonces creía que lo suyo era la medicina, no el medio ambiente. Hizo un máster en salud pública y trabajó durante seis años en The Carter Center. Se dedicó a la erradicación de enfermedades y a la epidemiología. Luego decidió retirarse del mundo laboral por algún tiempo y regresó a su casa en Kenia.
Su mamá le pidió que la ayudará con las relaciones internacionales de GBM. Tras la muerte de Wangari en 2011, comenzó a dirigir el Movimiento. Más tarde se desempeñó como presidenta de la Fundación Wangari Maathai. En 2018, se incorporó como asesora a WRI, organización mundial que busca crear condiciones de equidad a través de la administración sostenible de los recursos naturales.
Con el tiempo se convirtió en vicepresidenta y directora regional del Instituto para África, también se integró al Consejo de Restauración Global de WRI, se encarga de liderar iniciativas para promover la protección forestal, la restauración de la tierra, los medios de vida y las comunidades. Desde hace más de dos décadas la activista aboga por el cambio social y ambiental en plataformas locales e internacionales.