Con sesenta años de carrera, la estadounidense Úrsula K. Le Guin, fue una destacada escritora feminista, de obras de ciencia-ficción, fantasía, cuentos para niños y ensayos.
Hija del antropólogo Alfred Kroeber y la escritora Theodora Kroeber, Úrsula vivió su infancia con un gran interés hacia los libros y la lectura. Con tan sólo 9 años ya realizaba cuentos o relatos cortos. Tras graduarse, estudió literatura francesa e italiana renacentista en el Radcliffe College y en la Universidad de Columbia obtuvo una maestría de Literatura en Edad Media y Renacentista. Más tarde conseguiría una beca para estudiar un doctorado en Francia, el que no prosiguió tras casarse. Al regresar a Estados Unidos se dedicó a la docencia.
Le Guin escribió más de 20 novelas de ficción y a eso se suman volúmenes de poemas, cuentos para niños y ensayos. Sus perspectiva filosófica y antropológica se hizo presente en sus creaciones literaria, así como la visión rupturista y feminista al considerar temáticas diversas relacionadas al género y la sexualidad. Muchas de sus obras realizan análisis a la humanidad y poseían perspectivas profundas sobre el comportamiento de los individuos.
Con traducciones a más de cuarenta idiomas, sus relatos fantásticos destacaron por su gran creatividad al posicionarlos en mundos y países imaginarios, y con conflictos fuera de los preceptos típicos de la ciencia ficción, logrando incluir a la moralidad y psicología dentro de sus palabras. Algunas de sus más destacadas obras son: La mano izquierda de la oscuridad, Los desposeídos y la serie literaria de Terramar.
La escritora fue reconocida por la Sociedad Mundial de la Ciencia Ficción con dos premios Hugo, además fue condecorada con cuatro premios Nébula de la Asociación de Escritores de Ciencia Ficción y Fantasía de Estados Unidos y se convirtió en la primera mujer en ser destacada con el título de Gran Maestra.