• Home
  • Somos
  • Bacanas
    • Activistas
    • Artistas
    • Científicas
    • Deportistas
    • Empresarias
    • Intelectuales
    • Políticas
    • Todas
  • Libros
  • Contacto
Mujeres Bacanas © 2019

Michelle Obama (1964)

Políticas

Definitivamente tenemos mala memoria colectiva. Porque ahora es difícil recordar cómo era al principio, cuando el mundo y Estados Unidos recién conocían a Michelle Obama (52 años) como posible primera dama; si Barack Obama salía electo, su mujer sería la primera mujer negra en ocupar el puesto, y la más joven desde Jacqueline Kennedy. Esto es mucho antes de que bailara con Beyoncé para su campaña Let’s Move, mucho antes de que cantara con Missy Elliott en “Carpool Karaoke”, antes de las portadas de Vogue que la hacen parecer la nueva encarnación de Camelot, antes de que diera el mejor discurso de la campaña electoral norteamericana, antes de que bailara “Thriller” esta semana junto a su marido en la celebración de Halloween, y de que todo lo que diga o haga sea recibido con un aplauso viral.

Antes de que el mundo considerara que Michelle Obama era quizás la primera dama más cool y más influyente en pasar por la Casa Blanca, la odiaron. Desconfiaban.

Estaba el tema de sus brazos: eran muy musculosos y, horror, ella usaba vestidos sin mangas, algo muy distinto a las primeras damas tipo Bush o Reagan (o las Luisas, Cecilias o Martas), mucho más tapadas y de traje dos piezas. Hubo múltiples artículos, posts y discusiones al respecto de los bíceps de Michelle Obama.

Estaba también eso de que no era lo suficientemente orgullosa de Estados Unidos, que había tratado a alguien de “whitey” (blanquito), por lo que era lo más cercano a una supremacista negra. Los rumores se agolpaban. La revista Radar, en 2008, publicó un muy comentado artículo de portada con el título de “¿Qué da tanto miedo de Michelle Obama?”, con una foto de la posible primera dama cruzando los brazos con aspecto de pocos amigos.

Bastarían unos meses para que la narrativa cambiara: ya en 2009, la New York Magazine publicó una portada sobre la abogada, titulada “El poder de Michelle Obama”, donde distintos artistas, columnistas y periodistas escribían artículos elogiando su estilo, su clase, su inteligencia, su trabajo y más. Hace semanas la revista de estilo de The New York Times la puso en portada, con textos de celebridades como Gloria Steinem o Rashida Jones deshaciéndose en elogios. Casi para que nos dé algo de plancha.

Pero era difícil no ser conquistado por Michelle Obama.

Lo mismo le pasó a Barack, de hecho: Michelle Robinson estaba encargada de ser su guía cuando él entró a trabajar al estudio de abogados Sidley & Austin, en Chicago; la joven abogada que debía hacer de mentora al recién llegado. Ella era, a falta de otra palabra, bacán: había crecido en el lado sur de Chicago, en una familia de clase trabajadora, donde se le inculcó desde pequeña la importancia de educarse. “Más importante, incluso, que aprender a leer o escribir era enseñarles a pensar”, contó Marian Robinson, su madre y ama de casa, a The New Yorker. Michelle se lo tomó a pecho: fue una excelente alumna desde pequeña, pasó de colegio público a colegio de excelencia y, siguiendo los pasos de su hermano, estudió sociología en Princeton y luego fue a la Escuela de Derecho de Harvard. Una vez graduada, entró al bufete de abogados donde conocería a su futuro marido: alta, imponente, segura de sí misma y exitosa, obviamente no pescó a este guapo recién llegado. Él la invitó insistentemente a salir; ella le intentó presentar a otras amigas, encontraba de mal gusto tener un romance de oficina.

Finalmente, luego de meses, logró llevarla al cine a ver Do the right thing, de Spike Lee. Ella dejó que él pusiera su mano en su rodilla. Dos años después, estaban casados (él en un principio no quería, ella le dijo que nada de cosas). Entre medio, Michelle renunció a su trabajo, desinteresada del mundo privado y con ganas de sumergirse en el mundo público, donde partió trabajando para el alcalde de Chicago en programas sociales, como uno que buscaba profesionales de extracción diversa para trabajos pagados en ONG. Luego se fue a la Universidad de Chicago, donde creó iniciativas de servicio comunitario, y siguió por esa senda cuando se cambió al Hospital de Chicago.

Michelle Obama se quedó en Chicago cuando su marido se fue a Washington como congresista; era una madre que trabajaba, y siempre ha dicho que lo más importante para lograr lo que ha logrado es el grupo de apoyo que tenía entre amigos y familia. Cuando él empezó con la candidatura presidencial, la madre de Michelle jubiló de su trabajo de secretaria para ayudar con Sasha y Malia; hoy vive en la Casa Blanca con ellos. Son “normales”, aunque sus circunstancias sean extraordinarias; llaman a la suegra cuando tienen mucha pega y no quieren dejar solas a las niñitas.

Así comenzó la fábula de los Obama. Lo que han vendido, lo que hace que a veces queramos ser como ellos, no sólo es por esas fotos de un abrazo eterno con la leyenda “Four more years”, ni porque ella suele molestarlo en público, cosa que él parece gozar. No es sólo porque él se emparejó con alguien que sabe es más inteligente, lo que lo convierte en un hombre muy astuto. Es porque nos hacen creer que podemos ser ellos: son cercanos, pero a la vez inalcanzables. Michelle es indudablemente un gran cerebro, pero no tiene ni un problema de despeinarse para entregar sus mensajes, como la alimentación sana, el acceso de niñas a estudios o la inclusión de los veteranos militares a la sociedad, todas causas que ha peleado como primera dama.

Al final, con todo esto, Michelle Obama ha logrado la hazaña que parece imposible para cualquier mujer del mundo occidental: hacerlo todo, y hacerlo bien. Incluso cuando no debe ser así, cuando debe sufrir porque Sasha o Malía se enojaron con ella, se debe ir a dormir enojada con Barack más de una vez, cuando debe haber visto a hombres de su mismo nivel laboral ganar más que ella o recibir el menosprecio por querer tener voz propia dentro de la Casa Blanca.

Michelle Obama también debe sentir que no le alcanza el tiempo para nada y que el fin de semana pasa muy rápido. Pero ella nos ha hecho creer durante ocho años que quererlo todo es entretenido y feliz, y que si uno es mateo y esforzado puede lograr ser madre y profesional exitosa, lograr ser esposa y partner, graduarse de las dos universidades más prestigiosas del país viniendo de la clase obrera, llevar vestidos de alta costura tan bien como lleva los chalecos comprados en grandes tiendas, y que se puede comer sano y cambiar el mundo en todo este proceso.

Ya estará pasada de moda la frase, pero Michelle hace pensar que sí, podemos.

Texto: Isabel Plant (publicado originalmente en el suplemento Tendencias de La Tercera).

Etiquetas: abogada, contemporánea, derechos civiles, derechos de la mujer, EEUU, estadounidense, feminista, pionera

Relacionadas

Científicas
Maria Goeppert-Mayer (1906 – 1972)
Activistas
Inés de Suárez (1507-1580)
Activistas
Naomí Navarro (1978-2017)
Políticas
Katrín Jakobsdóttir (1976)
Artistas
Shamsia Hassani (1988)
Deportistas
Nurgaiv Aishlopan (2013)
Artistas
Wendy Carlos (1939)
Anterior
Intelectuales
Teresa Wilms Montt (1893-1921)
Siguiente
Categorías
  • Activistas (168)
  • Artistas (238)
  • Científicas (149)
  • Deportistas (77)
  • Empresarias (29)
  • Intelectuales (160)
  • Políticas (61)
Etiquetas
actriz asiatica autora ddhh derechos de la mujer escritora estadounidense europea feminista histórica investigadora latinoamericana madre mujeres bacanas chilenas música oceánica ONU pintora pionera poeta Premio Nobel Premio Oscar profesora
mujeres bacanas
Entradas recientes
  • Esther de Cáceres (1903 – 1971)
  • Sanna Marin (1985)
  • Ynes Enriquetta Julietta Mexia (1870-1938)
  • Jacqueline Mouesca (1939-2019)
  • Micaela Bastidas (1744–1781)
  • Marilyn Saviola (1945-2019)
  • Mary Therese Kalin (1944)
Instagram

mujeresbacanas

Instagram post 2173329623415657335_3973121448 #CitasMujeresBacanas La activista guatemalteca estuvo esta semana de visita en Chile. Feminista y Premio Nobel de la Paz (1992), Rigoberta Menchú ha sido una luchadora y voz en la batalla por los derechos de los humanos y derechos de los pueblos indígenas.
#archivobacanas #rigobertamenchu #libromujeresbacanas
Instagram post 2172545002063234926_3973121448 Cuando era una niña en Alemania, los nazis llegaron al poder. Así que Hildegard Bachert, que era judía, tenía prohibido ir a algunos museos, o incluso en algún momento no podía ir al colegio. Sus padres la mandaron entonces a ella y su hermana a Estados Unidos, donde se instalaron en Nueva York. En esa ciudad Hildegard haría una carrera de 78 años en el mundo del arte, como promotora y galerista del expresionismo alemán y austríaco, además de empujar carreras de artistas mujeres.

Hildegard había ganado una beca para ir a la universidad pero incluso con esa ayuda no le alcanzaba el dinero. Comenzó trabajando como secretaria y conoció a Otto Kallir, quien había trasladado su galería St. Etienne desde Europa a América huyendo de los nazis también. Ella le prometió enseñarle español, él la contrató como secretaria. Eventualmente ella terminaría al mando del lugar, y como una conocida figura del arte de Manhattan.

Bachert y Kallir promovieron en Estados Unidos pintores expresionistas que aún no habían encontrado fama ni interés, y que luego se volverían enormes, como Gustav Klimt, Egon Schiele y Oskar Kokoschka. Al mismo tiempo Bachert trabajó con pintoras menos conocidas, como Paula Modersohn-Becker, quien hizo su debut americano en la galería St. Etienne.

Hildegard además fue vital en cultivar la relación de la galería con Grandma Moses, o la artista de arte folk famosa por comenzar a pintar pasados los 70 años, y que se convirtió en un éxito. La galería presentó su primera exposición en solitario y tuvo los derechos para vender sus obras, además Hildegard fue quien tomó el dictado cuando Moses escribió su autobiografía.

Tras la muerte de Kallir, Bachert tomó el mando junto a la hija de su ex jefe, y siguió trabajando hasta pasados los 90 años de edad. Recibió la Orden del Mérito alemana, un honor para los civiles que ayudaron de alguna forma con la reconstrucción del país. #mujeresbacanas #hildegardbachert #galeriestetienne @gseart
Instagram post 2171883005273374238_3973121448 #ArchivoBacanas Un 7 de noviembre de 1867 en Polonia, nació Marie Curie, la primer mujer en recibir un Premio Nobel. Hoy es considerada una de las mujeres más influyentes y admiradas en el mundo de la ciencia. Sin embargo a principios del siglo XX en un mundo dominado por hombres, ser científica no fue fácil.

En 1903 que junto a su Pierre Curie y Henri Becquerel, recibe el Premio Nobel de Física por su investigación de la radiación, la base para la creación de los rayos X. Ocho años más tarde, se le otorgó su segundo Premio Nobel, ahora en solitario y por Química, debido a su descubrimiento del radio y el polonio (nombrado en honor a su país natal). Muere en 1935 por complicaciones derivadas de la exposición a la radiación de los tubos de ensayo que guardaba en sus bolsillos cuando investigaba. * La historia de Marie Curie es parte de nuestro primer #libromujeresbacanas . Ilustración de @sonia_pulido_illustration #mujeresbacanas #mariecurie #mujeresbacanascientificas #premionobel
Instagram post 2171812123003717028_3973121448 Desafiando el veto a la practica y competencia de sumo femenino, la japonesa Hiyori Kon está determinada en lograr que las mujeres puedan competir profesionalmente en su país.

Desde niña nadie le ganaba y en la universidad de Ritsumeikan en Kyoto fue la tercera mujer en unirse al club de sumo. Fue estudiando que comenzó a interesarse por los temas de género y descubrió que en Japón no habían suficientes mujeres luchando por un cambio radical en la equidad de género, y en especial en su deporte preferido: el sumo. Éste es considerado un arte de origen sintoísta, deporte nacional en Japón que es practicado por niños y niñas, sin embargo solo los niños pueden aspirar a convertirse en luchadores profesionales, y las niñas por lo general lo dejan tras la escuela básica. Además las mujeres han sido consideradas como impuras por su menstruación por lo que no pueden tocar el ring o dohyo, lo que les impide participar de cualquier campeonato profesional en su país, solo en amateurs.

Pero Hiyori de 21 años, junto a sus compañeras de equipo están determinadas en pelear porque las mujeres sean reconocidas por la Asociación de Sumo del Japón, por lo que siguen compitiendo de manera profesional en el extranjero y de forma amateur. Hiyori obtuvo el segundo lugar en el Peso Abierto este año en la Federación Internacional de Sumo, que organiza torneos amateurs para mujeres de todo el mundo.

Hiyori luchará contra la tradición para que el sumo sea un deporte Olímpico, el cual actualmente no lo es por el veto que impone a las mujeres en las competencias profesionales. La historia de esta prodigio del deporte  japonés se puede ver en el corto documental Little Miss Sumo en Netflix, donde se registra los días cuando se prepara para el Campeonato Mundial de Sumo en Taiwán. #mujeresbacanas #hiyorikon #littlemisssumo #netflixdocumentary #equalityinsports @konhiyori @netflixlat
Instagram post 2171099552680317703_3973121448 Amina Bouayach se convirtió en la primera mujer en dirigir el Consejo Nacional de Derechos Humanos (CNDH) de Marruecos. Tiene 61 años y lleva más de 30 dedicada a la defensa de los derechos humanos. Fue nombrada en el cargo en diciembre del año pasado por parte del rey Mohamed VI. Antes fue miembro de la comisión para la reforma constitucional en 2011, embajadora en Suecia desde 2016 y también formó parte del Gobierno del socialista Yusufi, entre 1998 a 2002. Bouayach, oriunda de Tetúan, ha trabajado en temas vinculados a los derechos humanos como los derechos de las mujeres, inmigrantes, casos de tortura y por la abolición de la pena de muerte.

Se graduó en Ciencias Económicas, habla varias lenguas (árabe, amazigh, francés, inglés, y español), y fue nombrada miembro de la Comisión consultiva para la reforma de la Constitución marroquí de 2011, y miembro del Consejo de administración para la reinserción de presos. Además ha participado de varias instancias internacionales, a nivel regional y mundial. Miembro fundador de la asociación Joussour-Foro de las mujeres y del Centro “Al Kawakibi de la transición democrática” (Túnez). Fue nombrada oficial de la legión de Honor de la República Francesa y ha ganado diferentes premios nacionales e internacionales en su calidad de defensora de derechos humanos. #mujeresbacanas #aminabouayach #cndh
Instagram post 2170460243124037702_3973121448 #ObrasBacanas “Nuestra pequeña región de por acá” de la artista chilena Voluspa Jarpa, fue una exposición donde utilizó distintos formatos y lenguajes, incluyendo instalaciones, videos, pinturas, objetos, registros sonoros y documentos históricos.

Estrenada el 2016 en el MALBA de Buenos Aires, fue el resultado de 15 años de investigación en para entender procesos políticos del continente. Se presentan dos ejes de investigación: primero, en el estudio de archivos desclasificados de la CIA en el período 1948-1994; y por otro lado, un trabajo rememorativo sobre un conjunto de líderes latinoamericanos del período de la Guerra Fría, que fueron víctimas de crímenes no resueltos.

La artista recoge el minimalismo estadounidense, e imprime su sello. “El arte permite simbolizar a través de la elaboración de un lenguaje que no existe todavía, factores de una sociedad que no tiene aún conciencia y permite hacerlo de una manera amable, porque permite transformarlo en una experiencia subjetiva, estética, perceptual e intelectual”. Voluspa Jarpa es parte de la llamada “generación del 90”, y se ha convertido en uno de los nombres más importantes del arte en el país. Es la única chilena que ha tenido una exposición individual en el museo MALBA de Buenos Aires, y en 2019, su trabajo es el centro del Pabellón chileno en la Bienal de Venecia. #ArchivoBacanas #voluspajarpa #mujeresbacanaschilenas [Créditos video @museomalba ]
Load More... Follow on Instagram
This error message is only visible to WordPress admins

Error: API requests are being delayed for this account. New posts will not be retrieved.

There may be an issue with the Instagram access token that you are using. Your server might also be unable to connect to Instagram at this time.

Archivos