Sus provocativas presentaciones, performances e instalaciones le han llevado a ser catalogada de rupturista o controvertida. Es considerada una provocadora de desorden público en su natal Cuba -donde ha sido arrestada varias veces-, pero al mismo tiempo Tania Bruguera ha sido aplaudidas por la crítica Internacional, presentándose desde el MoMa a la Tate.
Bruguera ha cimentado su obra en la reacción que ésta provoca en el espectador. Es reconocida internacionalmente por sus propuestas sobre el poder y los controles sociales. Hija de un diplomático del régimen castrista, Bruguera hoy es considerada una voz disidente en su país. En Cuba es creadora de la Cátedra de Arte de Conducta, un programa pionero en Latinoamérica de performance.
Sus obras más famosas comienzan con “El peso de la culpa”, donde vestida sólo con un cordero al cuello, comía tierra; era una referencia a la historia indígena cubana donde los nativos juraron no comer nada más que tierra ante la llegada de los españoles. Vino luego “El susurro de Tatlin”, donde los espectadores eran arreados de un lado a otro del museo por dos policías a caballo que les hacían preguntas, para reflexionar sobre la libertad.
En el año 2009 desarrolló una versión del “Susurro de Tatlin” en la X Bienal de La Habana. Ahí, los visitantes entregaban su opinión libremente frente a un micrófono. En esta ocasión invitó a decenas de personas cubanas a expresar su pensamiento sin restricciones en un podio en el Centro Wilfredo Lam, haciendo alusión al icónico podio en el que Fidel Castro hizo su histórico discurso tras el triunfo de la revolución. Para muchos Tania se atrevió a realizar esta performance por el reconocimiento público que tiene y que le daba cierta “seguridad” en contraste con las personas que dieron su opinión ese día sin contar con un respaldo.
En 2015 y 2016 fue detenida varias veces en su país junto a otros artistas y activistas por hacer manifestaciones tras el anuncio de que Cuba y EE.UU. retomarían relaciones. Su último grito de activismo fue decir que sería candidata a presidenta cuando Raúl Castro dejara el poder; tuvo mucho vuelo mediático, ya que es imposible presentarse como candidato en su país. Animó a otros cubanos a hacer lo mismo.