Exponente de la vanguardia neoyorquina de los años 70, la artista autodidacta Sylvia Palacios Whitman es una pionera chilena de la performance. Sus acciones de arte, dibujos con patrones geométricos irregulares y collages, exploran los recuerdos y rostros de su infancia en Chile, con escenas que evocan la naturaleza y lo onírico desde el humor y el valor del presente.
Durante su infancia sureña asistió a clases de pintura y en su casa montó improvisados escenarios donde hacía espectáculos para entretener a la familia. Ingresó a estudiar pintura y escultura en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile. Conoció al pintor chileno Enrique Castro Cid, quien se convertiría en su primer marido. A los 20 años, antes de finalizar su carrera, emigró con él a México y después a Estados Unidos.
Dibujó, pintó y modeló. Una fotografía de ella fue portada de la revista Harper’s Bazaar. Se interesó por la danza y el teatro. A los 29 años debutó con Trisha Brown, coreógrafa y bailarina estadounidense madre de la danza posmoderna, en el Museo Whitney de Arte Estadounidense. Se presentó tanto en EE.UU. como en Europa. Más tarde participó en el mundo del happening y desarrolló obras performáticas que hizo en distintos espacios de Nueva York.
En 1979 expuso su primer “concierto” individual en el Guggenheim Museum titulada «South». La muestra incluyó una serie de imágenes presentadas a través de artistas en vivo y objetos. En los 80 se tomó una pausa de la escena artística, hasta que en 2013 regresó con la exposición grupal «Rituals of Rented Island: Object Theatre, Loft Performance, and the New Psychodrama-Manhattan, 1970-1980».
Luego de 60 años en el extranjero, en 2021 exhibió por primera vez en Chile parte de su trayectoria en el Centro Nacional de Arte Contemporáneo Cerrillos. La retrospectiva «Around the Edge», comisionada a la curadora e investigadora chilena Jennifer McColl Crozier, estuvo compuesta por más de 50 piezas, entre bocetos, archivos, dibujos, collages, fotografías y registros de sus performances.