Sola Sierra fue una defensora de los derechos humanos y luchadora por las víctimas de la dictadura chilena.
De familia de trabajadores salitreros, Sola siguió los pasos de sus padres e inició su militancia en el partido comunista con 19 años. Allí se desempeñó como encargada de finanzas del comité local de las juventudes y como representante de las y los jóvenes de San Miguel en el VII Festival de Viena, comenzando así una carrera política activa.
En las filas del partido conoció a Waldo Pizarro, quien se transformó en su esposo en 1962 y padre de sus tres hijos. Con la llegada de la dictadura militar, en 1976 Waldo fue detenido. Junto a otras madres y esposas, Sola recorrió los diversos centros de detención esperando respuestas. En medio de esta búsqueda y lucha colectiva se formó la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD), apoyada por el Comité Pro Paz de la Vicaría de la Solidaridad y con Sola Sierra como presidenta desde el año 1977 al 1999.
Ese sería el inicio de una cruzada de búsqueda, con la que apelaron por justicia y verdad a través de históricas intervenciones como la Huelga de hambre en la CEPAL (1977); Huelga de hambre en la Iglesia San Francisco (1977); Huelga de hambre en la UNICEF (1978); la Romería a los Hornos de Lonquén (1978) y el Encadenamiento a las rejas del Ex Congreso Nacional (1979).
Durante la dictadura la activista viajó por Europa, Estados Unidos y Latinoamérica, denunciando las violaciones de los derechos humanos ante las instituciones internacionales. Con el retorno de la democracia, continuó con su activa participación y promoción por las víctimas de la dictadura hasta el año 1999 cuando finalmente falleció.
Por su lucha, Sierra fue reconocida con los premios Letelier-Moffit (1979): Premio Servicio, Paz y Justicia (1979); Homenaje de la Central Unitaria de Trabajadores (1990); Premio Víctor Jara (1992): Premio Internacional Alfonso Comín (1998) y reconocida con el Parque Sola Sierra Henríquez en Maipú (2009)