Es una de las autoras más conocidas de China, una especie de leyenda con libros de gran popularidad, y una vida de desenlace trágico. Fue una viajera incansable, que vio el mundo y luego publicó sus experiencias, sobre el desierto, sobre España y sobre países de Latinoamérica, llevándole a sus país imágenes, paisajes y conocimientos de occidente. Pocos de sus libros han sido traducidos al español, por lo cual aún en este lado del mundo se mantiene como un secreto a voces.
Nació en 1943 en Congqing, al centro de China, con el nombre de Chen Maoping, y pronto la familia entera se trasladó a Taiwán, tras el fin de la guerra civil. Siempre le gustó leer, y así como se adentró en las novelas de las letras chinas más famosas, también leyó libros como El Quijote, u otras grandes obras occidentales. Tras leer una famosa historieta china, se cambió el nombre al del personaje principal: SanMao. No era buena en el colegio y luego de una experiencia traumática con una profesora que la humilló, terminó educándose en casa los últimos años, antes de entrar a la universidad a estudiar filosofía.
A los 20 años se fue a Europa a seguir estudiando, en Madrid. “Llegué a España en 1967 y me enamoré de su paisaje, de su gente y de esa maravillosa lengua, el español, que sonaba a libertad y llenaba el cielo de pájaros y de luz”, escribió en sus diarios. Luego estaría en Alemania; dominó varios lenguajes y también trabajó como traductora. Comenzó entonces una ruta de viajes incansable, que la llevó a recorrer parajes más desconocidos, yendo y viniendo desde Taiwán en distintas épocas.
En España conoció al que sería su marido y protagonista de un gran amor, un buzo andaluz llamado José María Queró, con quien vivió en distintas partes del país. Pero Sanmao tenía también el sueño de vivir en el Sahara, como pocas mujeres antes lo habían explorado. Juntos partieron a África y estuvieron allá seis años, y sus pensamientos sobre el desierto y la vida ahí los plasmó la escritora en Diarios del Sahara, un libro que publicó en 1976, que fue un éxito rotundo, y lo sigue siendo hasta hoy en China. Después vendrían más libros y más viajes, de diferentes parajes, haciéndola una autora muy popular en su país. La tragedia, claro, no se demoró en llegar: en 1979 Queró se ahogó en el mar, y Sanmao nunca se recuperó del todo.
En la década siguiente se dedicó a enseñar en China, y luego sólo a escribir, publicando una veintena de libros sobre viajes, y diarios con reflexiones, abriendo una ventana en un país a veces aislado del resto del mundo. En 1990 hizo el guión para la película Red Dust, que obtuvo varios premios en su país. En 1991, luego de hacerse unos exámenes para descartar un cáncer, Sanmao se quitó la vida en un hospital, ahorcándose. Tenía 47 años.
Aunque sus trabajos llegan con dificultad a occidente, el año pasado se tradujo Diarios del Sahara al español, y ha sido re descubierta en sus años españoles con el documental San Mao: La vida es el viaje, de Susi Alvarado.