La poeta, profesora de castellano y tallerista literaria chilota Rosabetty Muñoz Serón ha dedicado su vida a los versos y a los ensayos, al desarrollo de la cultura de su comunidad, a educar a niñas y niños y jóvenes, y a promover a la mujer. Con obras relacionadas con sus momentos vitales, para ella sólo basta estar atenta y mirar cómo funciona el universo particular donde está. Es la ganadora del Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda 2024.
Desde que era una niña su madre le recitaba a ella y a sus hermanos poemas. Creció escuchando historias fantásticas que contaban los adultos como si fueran hechos cotidianos. Sin darse cuenta, las metáforas, personificaciones y alegorías utilizadas en la isla de Chiloé fueron gatillando en ella una atracción irresistible hacia las palabras. Sabía que quería ser escritora y su heroína era Gabriela Mistral.
Se inició en la poesía en el grupo Chaicura de Ancud, dirigido por el poeta Mario Contreras Vega. Se mudó a Valdivia para estudiar en la Universidad Austral de Chile donde se graduó como profesora de castellano. En 1980 cofundó el grupo Índice, donde la mayoría de los integrantes venían del Taller Aumen, una escuela de poetas que había en Castro, y asumió la poesía como un oficio al cual quería entregar su vida.
En 1981 publicó su primer poemario, «Canto de una oveja del rebaño», donde compartió lo que significó para ella estar “en el mundo que existía más allá del Canal de Chacao”, contó. En 1984 regresó a Chiloé y empezó a hacer clases. Tuvo tres hijos y tantas horas de trabajo que pensó que no iba a tener tiempo para seguir escribiendo, pero volvió a hacerlo.
A los 39 años y con cinco títulos impresos, recibió el Premio Pablo Neruda. Ganó el Premio Altazor 2013 y se integró como miembro de la Academia Chilena de la Lengua. Premio Nacional de Poesía Jorge Teillier 2022, la poeta sigue escribiendo porque cree que “mientras más uno profundiza en las palabras y sea capaz de decir quiénes somos (…) va a constituir el retrato del ser humano de nuestro tiempo”, dijo.