Fue la primera mujer en obtener el título de Doctora en Medicina en su país, en 1908. Activista por los derechos de la mujer, se preocupó de la salud sexual y reproductiva, y abogó por el voto femenino. Su padre era italiano, liberal y masón, mientras que su madre era hija de polacos exiliados. Los Luisi Janicki llegaron a vivir a Entre Ríos, Argentina, en 1872, y seis años después se trasladaron a Uruguay.
Como sus hermanos, Paulina estudió en el Internado Nacional de Magisterio. Luego entró a la Facultad de Medicina de la Universidad de la República, donde tuvo que luchar contra la discriminación de sus compañeros y profesores, quienes consideraban inadmisible que una mujer viera cuerpos desnudos. En 1923, se especializó en Dermatología y Enfermedades Venéreas en París.
Dedicó su vida profesional al campo de la higiene social, área que propone mejorar ciertas condiciones básicas de salubridad para disminuir enfermedades. Una de sus banderas de lucha fue erradicar la discriminación contra las prostitutas, la lucha contra la trata de blancas y la defensa a las madres solteras. Luisi creía que la educación sexual era esencial para prevenir enfermedades venéreas, y así lo propuso a la Dirección de Instrucción Pública en 1906.
Como militante feminista integró la Asociación de Mujeres Universitarias Argentinas y presidió la sección uruguaya de la Federación Femenina Panamericana. También fundó organizaciones como el Consejo Nacional de la Mujer Uruguaya (Conamu) y la Alianza Uruguaya de Mujeres, donde trabajó por conseguir el voto femenino, obtenido por ley en 1932, pero que terminó concretándose en su país cuando pudieron efectivamente votar en las elecciones generales de 1938.
En su casa, ubicada en el centro de Montevideo, instaló un verdadero consultorio médico que también fue sede del Consejo Nacional de Mujeres. Escribió textos como Una moral única para ambos sexos (1920) y La mujer uruguaya reclama sus derechos políticos (1929).