“¿Estamos solos en el universo?”. Es una de las preguntas que trata de responder la inglesa Nicola Fox, jefa de ciencia de la NASA. Física e ingeniera, tienes más de un centenar de misiones a su cargo y trabajo con un equipo de alrededor 10 mil personas. Para ella, “es difícil creer que no haya vida más allá de la Tierra”.
Tenía ocho meses cuando miró con su padre en la televisión el alunizaje del Apolo 11 y a los tres años el espacio comenzó a llamar su atención. Tenía tres años cuando su papá tomó distintos objetos y le empezó a decir: “esto es el Sol, esto es la Tierra, la Luna… y esto gira alrededor de esto”. Fascinada, le pidió que le enseñara más.
Después del colegio se licenció en física del Imperial College de Londres. Hizo un máster en Ingeniería de Telecomunicaciones y Satélites en la Universidad de Surrey y luego volvió a su alma mater para hacer un doctorado en física espacial y atmosférica. Becaria postdoctoral del Consejo Nacional de Investigación de Estados Unidos, se mudó de su natal Inglaterra e ingresó al Centro de Vuelos Espaciales Goddard.
Trabajó en el Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins, donde fue científica principal de heliofísica y científica del proyecto de la sonda solar Parker de la NASA, la primera misión de la humanidad a una estrella. En ese tiempo, su esposo murió de manera repentina. Madre de un hijo de un año y otro de tres, sintió que no iba a poder volver a trabajar. Sin embargo, con el apoyo de sus compañeros lo logró.
Se unió a la NASA en 2018 como directora de la División de Heliofísica de la Dirección de Misiones Científicas y en 2023 la nombraron administradora asociada de dicha dirección. Convencida de que tiene “el mejor trabajo del planeta”, Nicola Fox no para de buscar indicios de vida más allá de la Tierra y está segura de que en una de las billones de estrellas que existen en el universo se hallará.