Se dice que fue la mejor instructora musical de la historia, o una de las “educadoras más influyentes desde Sócrates”. Nadia Boulanger fue la responsable del entrenamiento musical de algunos de los más grandes compositores del siglo XX, como Quincy Jones, Philip Glass, Astor Piazzolla o Leonard Bernstein. Además, fue la primera mujer conductora al mando de algunas de las orquestas de mayor renombre en el mundo.
Nació en París, hija de un aclamado compositor y pianista y una princesa rusa. Su formación musical comenzó desde muy pequeña, y a los 10 años comenzó a ir a clases al Conservatorio de París. Comenzó a destacar en concursos y demostraciones, pero pocos años después su padre murió, dejando a Nadia, su madre y su pequeña hermana Lili desprovistas en lo económico, por lo que la joven apuró los estudios y comenzó a trabajar de maestra de música para ayudar a la familia. Lili, por mientras, siguió sus pasos en el Conservatorio y pronto se convirtió en una prodigio de la composición musical.
Nadia, que hizo clases en prestigiosas escuelas, pero también en su famoso departamento parisino, nunca fue considerada tan talentosa en composición como su hermana; pero Lili murió en 1918 con sólo 24 años. Nadia se dedicó a rescatar su legado en sus presentaciones. Se convirtió también en conductora, siendo la primera mujer en dirigir la Sinfónica de Nueva York, la Orquesta de Filadelfia o la Sinfónica de la BBC.
Pero su mayor fama fue como maestra. Hasta su departamento llegaban todo tipo de estudiantes, y Nadia acogía a los que tenían pasta de genio como a los regulares. Tenía fama de fiera, muy estricta, les exigía a los estudiantes vivir y morir por la música, pero al mismo tiempo era capaz de sacar el talento individual de cada uno, formando grandes de la composición muy distintos entre sí. Con luces y sombras, Nadia también era una mujer a la antigua, no estimulaba a las estudiantes femeninas, ni tampoco apoyó mucho causas como el derecho a voto.
Boulanger, que también era experta en muchas corrientes musicales distintas, recibió reconocimientos como la Legión de honor francesa, o fue nombrada Dama del Imperio británico, como también Dama de Mónaco y de la Corona de Bélgica.